Canadá: una llamada a no caer en la indiferencia - Alfa y Omega

El Papa está realizando un histórico viaje a Canadá al cierre de esta edición. Se trata de una peregrinación penitencial —en expresión suya— para mostrar a los indígenas su dolor y cercanía y «para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación».

El pasado lunes, en un encuentro con miembros de estos pueblos (primeras naciones, métis o mestizos, e inuit) y supervivientes de las escuelas residenciales del país, pidió «perdón por la manera en la que, lamentablemente, muchos cristianos adoptaron la mentalidad colonialista». «Estoy dolido. Pido perdón en particular por el modo en el que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural», aseveró entre aplausos y lágrimas de los participantes.

No sin incomprensiones, el Pontífice nos recuerda a los creyentes que la Iglesia, que nació a los pies de la cruz, a los pies de una víctima, no puede más que estar al lado de las víctimas, sean quienes sean. El olvido genera indiferencia —advirtió— y, si nos instalamos en la indiferencia, el mal siempre volverá con fuerza.