Campaña del PequeAlfa: Felicita la Navidad a las niñas olvidadas de Sierra Leona
El Pequealfa y La hora feliz, de Radio María, enviarán vuestras felicitaciones de Navidad a los chicos que los salesianos sacan de la calle en Sierra Leona
La semana pasada, el salesiano Jorge Crisafulli fue a visitar un hogar para chicas que estos misioneros tienen en Lunsar (Sierra Leona). «Elisabeth, una de ellas, me llamó a parte y me dijo: “Padre Jorge, me has salvado”. Respondí que no había sido yo, sino Dios y mucha gente buena que nos ayuda». Elisabeth había vivido en la calle, y cuando llegó a este hogar tuvieron que operarla para reparar las heridas que había sufrido. Ahora está aprendiendo a ser sastre.
Es solo una de los cientos de menores a los que los salesianos ayudan cada año en Don Bosco Fambul, su proyecto en Freetown (la capital de Sierra Leona). Son sobre todo chicos de la calle y chicas que sufren abusos de todo tipo o se ven obligadas a prostituirse. «La más pequeña que he conocido de este tipo tenía solo 9 años», nos cuenta.
Don Bosco Fambul tiene un autobús «con el que cada noche los visitamos. Algunos se van de casa porque los padres no los tratan bien. Otras, sobre todo niñas, se dejan explotar para pagarse su colegio o el de un hermano». En el autobús viaja una médico y enfermeras que les hacen pruebas y los curan, y educadores que les explican lo peligroso que es estar en la calle: pueden sufrir violencia, que les contagien enfermedades, o que los detengan solo por vivir en la calle. En esos casos los mandan a la cárcel, donde mucha gente vive apretada. Allí los mezclan con criminales adultos que siguen abusando de ellos.
Cuando las amigas se mueren
Cada año, los salesianos logran que unos 120 niños de la calle vuelvan con sus padres, tíos o abuelos, o que una familia de acogida se haga cargo de ellos. Cuando ya son adolescentes, Don Bosco tiene tres hogares, y una casa para niñas. Esta última sacará de la calle a 300 chicas en tres años.
Es sorprendente, pero no siempre les resulta fácil convencer a un chico o a una chica de que deje la calle. Entre las niñas, por ejemplo, «a las más pequeñas les deslumbra ganar cinco euros en una noche. No saben que pueden coger alguna enfermedad y morirse, o quedarse embarazadas. Se lo explicamos, pero se dan más cuenta al crecer. Con 14 años ya han visto morirse a alguna amiga, y quieren dejarlo».
Además de enseñarles el riesgo que corren, Jorge intenta que los niños se den cuenta de que pueden tener un futuro mejor. «Les digo: “¿No tienes un sueño más alto que la calle? No necesitas depender de otros, sino usar bien tu cabeza y tus manos”. Quieren ser futbolistas, abogados, militares…». Y los salesianos hacen todo lo posible para que estos sueños se hagan realidad.
«Dame un abrazo»
Pero el camino es muy largo, y no basta con darles educación. «Cuando a una niña de 10 o 12 años todo el mundo la llama siempre “basura” o “inútil”, luego cuesta mucho que se respete a sí misma. Hay que convencerla de que Dios la ha creado y la ama, y que por eso tiene valor. Cuando les decimos esto se sorprenden, porque piensan que Dios las odia. Nos piden muchas veces que las abracemos».
¿Os gustaría a vosotros abrazar también a estos chicos, y que así sepan que «hay personas que no conocen pero que se preocupan por ellos», como nos dice Jorge? ¡Podéis hacerlo a distancia! Este año, la campaña de Navidad del Pequealfa y el programa La hora feliz de Radio María se hará en colaboración con Don Bosco Fambul. Para participar, solo tenéis que mandarnos vuestras cartas y dibujos antes del 15 de diciembre a c/ Pasa, 3 – 28005 – Madrid. O por correo electrónico a pequealfa@alfayomega.es