Busquemos lo que nos une con el pueblo gitano
El plan más inmediato del secretariado dedicado a él es ofrecer a las parroquias charlas para conocer a esta comunidad
En septiembre de 2020 se confió la parroquia de San Francisco de Paula a la Sociedad de Misiones Africanas, SMA, y un equipo de tres sacerdotes de la misma nos hicimos cargo de esta comunidad parroquial: Raymond Koffi, de Costa de Marfil; Víctor Aziabli, de Togo, y yo mismo, madrileño del barrio de Vicálvaro, con 37 años de presencia misionera en Benín. Llevamos ya en este nuestro barrio de Entrevías cuatro años, durante los cuales hemos ido conociendo la realidad eclesial y social de nuestra demarcación parroquial, a la que no podemos ser ajenos. Una faceta con la que convivimos es una presencia importante de población gitana, a la que intentamos acercarnos.
El pasado noviembre el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, me nombró nuevo consiliario del Secretariado diocesano de Pastoral Gitana. Con mucha ilusión, inicio mi nuevo compromiso junto al equipo del secretariado, buscando todo lo que nos une con este pueblo. Una cultura aún poco conocida y, por desgracia, poco apreciada, pero llena de valores comunes con el mensaje cristiano. En el equipo insistimos en que no se trata solo de atender en la Cáritas parroquial a sus miembros desfavorecidos, sino de ver la gran diversidad de realidades dentro de todo un pueblo, con historia y cultura propias.
Ya ha habido gestos de acercamiento para conocerlo más en profundidad. Desde hace dos años, nuestra parroquia de San Francisco de Paula cede los salones parroquiales para que una vez por semana se impartan clases de lengua romaní, su idioma universal, que, sin embargo, es conocido por muy pocos de los españoles. Partiendo de ahí, se organizan asimismo en el pequeño claustro parroquial frecuentes ágapes comunitarios en los que payos y gitanos del barrio aportan cada cual un poquito para lograr que, como si del milagro de los panes y los peces se tratara y en un ambiente festivo, coman y beban decenas de personas y aún sobre.
Ahora, el plan más inmediato del secretariado diocesano es ofrecer a los consejos parroquiales de toda la diócesis —empezando por aquellos de zonas donde abunden estos vecinos— charlas debate para explicar lo básico y necesario para conocer en profundidad a esta comunidad, con el fin de favorecer el acercamiento y la convivencia. Para ello se cuenta con asesores sobre su cultura y costumbres, algunos de ellos miembros de este colectivo comprometidos con dichos objetivos. Las charlas también servirán para conocer las circunstancias que vive esta población en cada barrio y cada parroquia de la archidiócesis.
El que un gran número de gitanos haya buscado a Cristo en comunidades evangélicas no impide que la Iglesia católica quiera compartir con estos vecinos de sus parroquias su cercanía y apoyo. Ya sabemos, de sobra, lo que nos separa; ahora toca descubrir mutuamente lo que nos une. Creemos que es mucho, conforme avancemos en el conocimiento de su cultura y en el trato mutuo. Esta es la convicción del secretariado.