Brexit: La Iglesia promueve un acuerdo que evite una frontera física entre las dos Irlandas
Un Brexit sin acuerdo no solo tendría importantes repercusiones económicas, sino que amenazaría los Acuerdos del Viernes Santo, advierte el representante de las diócesis irlandesas del norte y del sur para asuntos europeos
La perspectiva de un Brexit sin acuerdo podría tener consecuencias catastróficas para Irlanda del Norte, advierte el obispo de Down y Connor, Noel Treanor, representante de todas las diócesis irlandesas (incluidas las de Irlanda del Norte) ante la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (COMECE).
Treanor, que se pronunció abiertamente a favor de la permanencia del Reino Unido antes del referéndum celebrado en 2016, pide ahora que, al menos, la ruptura se haga de forma lo menos traumática posible. En una entrevista con SIR, la agencia informativa de la Conferencia Episcopal Italiana, el obispo habla de «una situación de gran incertidumbre e inestabilidad política que suscita «gran preocupación para nosotros» ante la perspectiva de que finalmente termine estableciéndose una frontera dura entre las dos Irlandas. Por ello, afirma, la Iglesia pide «encontrar una solución que pueda proteger el mercado único».
Reestablecer la frontera tendría importantes repercusiones económicas, destaca el obispo. «La realidad es que, después de 20 años, la economía de Irlanda del Norte y la de la República de Irlanda están integradas y se han vuelto interdependientes», dice.
No obstante, la consecuencia más grave de una ruptura abrupta sería que amenazaría la reconciliación entre republicanos e irlandeses en Irlanda del Norte, sellada en los Acuerdos del Viernes Santo. En lo que respecta a la pacificación del Ulster, Treanor considera que la UE ha acreditado ser «un proyecto de paz, de promoción de valores humanos» y de «respeto de la dignidad de la persona humana».
Superar el bloqueo político en el Ulster
Los Acuerdos del Viernes Santo establecieron el principio de «doble mayoría», según el cual las principales decisiones de la Asamblea de Irlanda del Norte deben ser aprobadas tanto por el bloque unionista-protestante como por el republicano-católico. Esto ha generado una dinámica de colaboración entre ambos bloques impensable hasta hace unos años, pero también ha provocado períodos de parálisis política. Es lo que sucede precisamente en estos momentos. A raíz de un escándalo político, Irlanda del Norte permanece sin gobierno local desde enero de 2017, lo que en la práctica significa que la provincia está siendo gobernada desde Londres.
La situación también ha debilitado la voz de los norirlandeses –que votaron en el referéndum mayoritariamente por la permanencia– en unos meses en los que se debaten asuntos cruciales para el futuro del Ulster. Ante esta situación de «vacío político», Noel Treanor destaca que las diversas Iglesias presentes en el país (la católica, la anglicana, la presbiteriana y la metodista) consiguieron organizar hace un año un encuentro con miembros de los distintos partidos políticos para tratar de desatascar la situación. Ante la preocupación por las consecuencias del Brexit, el obispo espera que las Iglesias sigan desempeñando ese papel de «agentes facilitadores del proceso político, de encuentro y diálogo entre todos los componentes de la sociedad».