Si ponemos el listón en la monumental The bear, casi cualquier tentativa de contar una historia entre fogones va a salir mal parada. Si nos olvidamos, sin embargo, de esa liga de campeones en la que juega la serie del oso, que ya se ha convertido en toda una serie de culto, hay otros menús más que recomendables. Uno de ellos es Boiling point, una serie que podemos encontrar en Movistar Plus+, y que es la secuela de la película Hierve (2021). No es necesario pero sí conveniente que, si se animan a probar esta propuesta, degusten antes la película, porque las manos creativas son las mismas, el reparto casi idéntico y la trama de la serie se retoma seis meses después de donde lo dejó el filme. Creada por Philip Barantini y Stephen Graham, este último se pone también delante de la cámara para brindarnos una interpretación magnífica del chef Andy Jones.
Boiling Point nos introduce en un restaurante londinense (Point North) para contarnos un drama culinario de alta tensión, en el que se les va a apretar el estómago y se van a comer hasta las uñas. Arriesgada formalmente, esta serie de apenas cuatro capítulos de en torno a una hora de duración cada uno, eleva la carga emocional más allá del punto de ebullición. Imagínense un episodio de los de Alberto Chicote en Pesadilla en la cocina y tendrán servido, a modo de presentación, el primer capítulo de la serie. Esta suculenta carta, en cambio, no tira de reality ni fuerza el guion innecesariamente para plantearnos un drama que acabe más o menos bien. Es ficción de la buena, de la de pasar un buen rato, que incluye también pasarlo mal, y es un muy buen segundo plato si, como yo he hecho, antes se ha devorado todo lo que hasta el momento nos han servido de The bear. Hace tiempo que los programas de cocina han puesto un máster chef en nuestras vidas audiovisuales. No todo lo que se sirve es bueno, así que aprovechen Boiling point, que sí lo es. Buen provecho.