Berzosa vuelve a pintar para el Vaticano: «Es importante para mí que cuenten con mis pinturas» - Alfa y Omega

Berzosa vuelve a pintar para el Vaticano: «Es importante para mí que cuenten con mis pinturas»

El artista malagueño ha representado la conversión de san Ignacio de Loyola. Su obra se ha convertido en un sello del Servicio de Correos y Filatelia del Vaticano

José Calderero de Aldecoa
Foto: CNS

Entonces no se podía saber, pero la conversión de Ignacio de Loyola —tras ser herido en la batalla de Pamplona— ha tenido una repercusión planetaria. Tras aquel suceso surgió posteriormente la Compañía de Jesús, congregación religiosa distribuida en la actualidad por los cinco continentes. Hoy, en muchos de los últimos lugares del planeta, se encuentra un jesuita contribuyendo a su desarrollo social y espiritual.

Ante tamaña influencia, ese momento clave es, precisamente, el que eligió el pintor malagueño Raúl Berzosa para plasmarlo en un cuadro destinado a convertirse en la imagen de los sellos con los que el Servicio de Correos y Filatelia del Estado del Vaticano ha querido conmemorar el quinto centenario de la conversión de Ignacio.

Para Berzosa supone «una alegría enorme» poder «representar un momento tan importante en la vida de san Ignacio de Loyola», explica a Alfa y Omega. «Todos sabemos de la importancia que tiene este santo y la Compañía de Jesús en la Iglesia Católica», añade el artista, que lleva varios años trabajando, precisamente, en dos proyectos para los jesuitas en Estados Unidos, lo que «me ha permitido aprender más sobre su historia».

—Como autor, ¿qué claves destaca en su pintura?

—Hay varios detalles a tener en cuenta en la pintura. En el lienzo represento un evento que marcó la vida de san Ignacio: tras el asedio de Pamplona fue llevado a su ciudad natal para curar la herida de una pierna, y durante la convalecencia se encomendó a san Pedro para curarse lo antes posible y retomar su vida. En vísperas del 29 de junio, solemnidad de san Pedro, su salud mejoró. Durante ese periodo, pidió que le hicieran llegar algunas novelas caballerescas para pasar el tiempo. Pero en la casa solo tenían una Vida de Cristo y la Leyenda Dorada, en la que se narra la vida de los santos. Poco a poco, queda fascinado por la figura de Cristo y por las historias que lee. Así comenzó la conversión del que, más tarde, fundaría la Compañía de Jesús.

Como se puede ver, en la obra represento el momento de la aparición de san Pedro a san Ignacio. El centro de este óleo sobre lienzo (65 x 92 cm) lo protagoniza el santísimo nombre de Jesús, anagrama de los jesuitas. A la izquierda, encontramos a san Pedro con una mano señalando el cristograma y con las llaves del reino de los cielos en el cíngulo. A la derecha aparece el fundador de la Compañía que, convaleciente, se dedica a la lectura. Ante su pierna entablillada se deja ver la armadura de aquel que deja las hazañas mundanas para dedicarse a la predicación del Evangelio.

Pintor de cámara del Vaticano

Este «es el séptimo sello que me han encargado desde el Vaticano», subraya el pintor. «Para mí, como artista católico, es muy importante que sigan teniendo en cuenta mis punturas».

De hecho, Berzosa tiene todavía algún encargo pendiente de realizar para tan insigne cliente, «pero no puedo comentar nada al respecto». A juzgar por la cantidad de trabajos que le han encargado, el malagueño se habría convertido en una especie de pintor de cámara del Vaticano.

Pero San Pedro no es el único destino de sus cuadros. «Actualmente me encuentro finalizando dos proyectos de gran formato que comencé en el 2018, uno para la Iglesia de Santa María Reina de la Familia, en Guatemala, y el otro para la Iglesia de Nuestra Señora de Belén en Miami, Estados Unidos», concluye.