Beethoven marca el camino contra la soledad no deseada
La Fundación Social Padre Ángel impulsa en la ONU la declaración del 16 de diciembre como Día Internacional contra la Soledad No Deseada. Haría que los gobiernos empezaran a «tomar conciencia» y «legislaran sobre este problema»
Antonio llevaba 15 años muerto en su casa, en el valenciano barrio de la Fuensanta, y nadie le había echado de menos. Su cadáver, ya momificado, fue descubierto por los bomberos después de que accedieran a su casa a causa de una filtración de agua desde la azotea. El parte que su vecino dio al seguro desembocó en el macabro descubrimiento. El anciano se encontraba en su cuarto, con la ropa puesta y rodeado de palomas muertas que se habían colado por la misma ventana por la que accedieron los efectivos antincendios. Una ventana abierta que además hizo que el hedor saliera de la vivienda y no alertara a sus vecinos. Tampoco la Administración percibió nada raro. Cada mes le ingresaban la pensión en la misma cuenta bancaria a la que distintas empresas le pasaban la factura del agua, la luz o el gas. El típico ciudadano cumplidor que siempre paga sus recibos en el momento justo. Pero nada más lejos de la realidad. La directora de la Fundación Social Padre Ángel, Débora Gutiérrez, cuya entidad está trabajando para que la ONU declare el 16 de diciembre como el Día Internacional contra la Soledad No Deseada, define lo ocurrido como «un caso terrible», aunque «afortunadamente no es lo habitual ni lo cotidiano», explica en conversación con Alfa y Omega.
Mucho más habitual es la situación del cordobés Rafael Carvajal, de 75 años, que en conversación con este periódico reconoce sufrir soledad desde hace 20 años. «Desde que me separé de la mujer con la que estaba, no tengo a nadie», asegura con despecho. De hecho, en las próximas fiestas de Nochebuena y Navidad solo pondrá un plato a la mesa. El suyo. A pesar de ello, esta época del año no es la peor para Carvajal, a diferencia de muchas otras personas que viven solas. «En mi caso me siento acompañado por Jesucristo, al que he pintado en la pared». Según detalla, se trata de una obra de tres metros de alto por metro y medio de ancho. «Mi estilo es parecido al de Joaquín Sorolla», dice convencido durante la conversación, que se produce poco después de que Rafael haya llegado de la calle. «He salido a comprar dos velas para ponérselas a mi Cristo».
A lo largo de la mañana, este antiguo fabricante de cunas reconvertido en camionero y ahora en jubilado, también ha tenido tiempo para llamar dos veces al Teléfono Dorado (900 22 22 23), la iniciativa de Mensajeros de la Paz que desde hace 30 años combate la soledad no deseada. Durante todo este tiempo, la línea ha recibido 7,5 millones de llamadas. «Les cuento cómo me va la vida y a veces les canto», reconoce. En su repertorio lo que más suena es Antonio Molina, Manolo Caracol y El Príncipe Gitano. De quienes le escuchan, asegura que «no hay dinero en el mundo para pagar la labor que hacen con gente como yo». Le ayudan tanto que «los sábado y domingos lo paso mal porque el servicio no está activo y entonces no puedo hablar con nadie».

Mapa de la soledad
La comunidad en la que vive Carvajal es la segunda de España con más incidencia de la soledad. Según la Fundación Social Padre Ángel y Mensajeros de la Paz, que el pasado jueves presentaron el Mapa Nacional de la Soledad No Deseada, en Andalucía está afectado el 19,7 % de la población. Encabeza la lista Madrid, con un 21,5 %, que presenta la mayor proporción de casos registrados en el estudio. «La vida acelerada, la movilidad constante y el anonimato urbano generan una soledad especialmente pronunciada en mayores que viven solos y en jóvenes recién llegados», aseguran los impulsores del estudio. En tercer lugar, pero ya muy distanciada de las otras dos comunidades, se encuentra el País Vasco (10,4 %), que tiene «una de las esperanzas de vida más altas de Europa» y donde se sufre «una soledad asociada a la longevidad y a la pérdida progresiva de las redes tradicionales comunitarias».
Sobre qué posibilidades tiene la iniciativa de la Fundación Social Padre Ángel para que Naciones Unidas instaure el 16 de diciembre como Día Internacional contra la Soledad No Deseada, su responsable asegura que «recibieron nuestra propuesta con buenos ojos, pero indicaron que debía ser presentada por un organismo oficial». Ante este contratiempo, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dio un paso al frente. «Nos notificó recientemente que agradece muchísimo esta iniciativa, que está totalmente de acuerdo y que él mismo se va a encargar de llevar este asunto donde tenga que llevarlo, porque considera que es importante y urgente».

De prosperar, el Día Internacional Contra la Soledad No Deseada provocaría que gobiernos de todo el mundo empezaran a «tomar conciencia sobre este problema» y, a su vez, que «se empezara a legislar sobre él». Desde la Fundación Social Padre Ángel consideran que esta efeméride, además, puede inducir a los países a incluir la soledad en sus estrategias nacionales de salud pública y dar un impulso a la financiación y la concesión de subvenciones para proyectos sociales destinados a la integración de personas en riesgo de aislamiento. Por otro lado, «les quitaría el estigma de la culpa a quien padece soledad no deseada», detalla Débora Gutiérrez.
Por último explica la fecha elegida para la conmemoración: «Es el día en que nació Beethoven» y, según la directora de la fundación, «está documentado que sufrió soledad no deseada debido a su sordera». A pesar de ello, «fue uno de los mejores compositores de todos los tiempos». De hecho, «estando sordo compuso la Oda a la alegría». Otro de los motivos, concluye, «es que son los días previos a la Navidad, que son los días donde todo el mundo se reúne con sus seres queridos y, al mismo tiempo, los días más difíciles para quienes sufren soledad no deseada». Salvo para Rafael Carvajal, que está con su Cristo al óleo.
- La soledad no deseada es una amenaza contra la salud pública, según la OMS. Un informe de Harvard reveló que la soledad crónica incrementa el riesgo de muerte prematura en un 30 %.
- El aislamiento social y la soledad afectan a personas de todas las edades y regiones del mundo. El aislamiento social, cuya prevalencia es similar en todos lados, afecta a uno de cada cuatro mayores.
- El aislamiento social y la soledad ejercen una presión económica en la sociedad, con repercusiones en la productividad laboral, en el rendimiento académico de los jóvenes y en los sistemas de salud.
- Los cambios tecnológicos, como la proliferación de las redes sociales y el teletrabajo, así como el aumento de los hogares unipersonales, una mayor longevidad y el declive de las estructuras familiares extensas aumentan la soledad.
- Estudios recientes demuestran que la soledad requiere un enfoque global. En ellos se han tenido en cuenta dos indicadores: se ha medido el número de personas que se sienten solas y, por otro, se ha contabilizado la frecuencia de contactos con amigos.