Bajo un manto de estrellas: Una historia de amor sin límites - Alfa y Omega

Bajo un manto de estrellas: Una historia de amor sin límites

Después del éxito de la película Un dios prohibido, sobre los mártires claretianos de Barbastro, se ha estrenado ya otra película que narra, esta vez, el martirio de los religiosos dominicos de Almagro, en Ciudad Real, durante la persecución religiosa de los años 30 del siglo XX. Se trata del film Bajo un manto de estrellas, dirigido por el cineasta manchego Óscar Parra de Carrizosa, que lleva a la pantalla la epopeya de los religiosos dominicos mártires del convento de Almagro, cuatro de ellos ya beatificados

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

Bajo un manto de estrellas, producida por Mystical Films y distribuida en cines por Proyecfilm, es «una historia de amor sin límites. Nuestro deseo principal —afirma el director del film, Óscar Parra de Carrizosa— es evitar el clásico discurso maniqueo entre buenos y malos, pues se trata una historia de amor, mucho más allá de cualquier telenovela rosa. Bajo un manto de estrellas es una historia de amor, un testimonio de fe, como dijo Benedicto XVI: Mártir viene del griego y significa testigo. Alguno de los dominicos de Almagro se pudo salvar y no lo hizo, por su amor incondicional a Dios y a su comunidad. Desde luego, no queremos hacer una película de ideologías ni de confrontación política, porque aquellos hombres no murieron por sus ideas: murieron por su fe».

Óscar Parra de Carrizosa, director de la película
Óscar Parra de Carrizosa, director de la película

Asesorado por el padre Martínez Puche y el sacerdote Jorge López Teulón, así como por el padre Vito Gómez, Postulador de la Causa de los dominicos en Roma, Óscar Parra de Carrizosa cuenta que «no han pasado tantos años desde que sucedieron estos hechos, y llama la atención que hubiera gente capaz de morir por amor a Dios. Hoy, cuando todo el mundo pierde la cabeza por un móvil de última generación, atrae la fuerza de estos hombres, muchos de ellos casi adolescentes, que prefirieron morir antes que renegar de su fe. Mi abuelo, que tenía diecinueve años en la guerra y que luchó en ella, aún vive; le miro y no puedo dejar de pensar que, con su misma edad de entonces, miles de muchachos se dejaron matar y morían perdonando. Eso es lo que queremos mostrar en esta película».

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Los dominicos de Almagro fueron confinados en una casa particular nada más comenzar la Guerra Civil. A algunos de ellos los subieron a un tren con un falso salvoconducto y, en la estación de Miguelturra, los bajaron para fusilarlos sobre las vías; pocos días después, sucedió lo mismo con otro grupo. Detenidos en Manzanares, otros religiosos fueron cruelmente torturados y fusilados en las tapias del cementerio local. A catorce de los que quedaban en la cárcel, los sacaron andando de la prisión, para fusilarlos a dos kilómetros del pueblo; y a los menores de veinte años los enviaron a Madrid, donde también fueron asesinados, más tarde, en Paracuellos. Sus historias quedaron grabadas en las mejores páginas de la historia de la Iglesia en España, y pronto las podemos ver reflejadas en Bajo un manto de estrellas.