Así viven Nacho y Begoña la JMJ Lisboa 2023: «La discapacidad no te impide, solamente te acompaña»
Begoña tuvo muchas, muchas dudas, antes de decidirse a venir a la JMJ Lisboa2023. No fue fácil lanzarse a peregrinar teniendo que hacerlo en silla de ruedas. «Es complicado, no te voy a mentir; si ya de por sí lo es, con una discapacidad, más». La joven, de 20 años, forma parte de la expedición madrileña que está en la JMJ integrada en la Delegación Episcopal de Jóvenes. Ella viene con la parroquia San Ignacio de Loyola, de Torrelodones, en un grupo que incluye a chavales del colegio diocesano que lleva el mismo nombre que la parroquia. Son un centenar.
La joven habla con serenidad, piensa las palabras, no se apresura. Tiene una mirada tranquila que refleja una gran seriedad de vida. «No me gusta salir de lo que ya conozco, pienso mucho todo… No me veía muy capaz de venir». Sus necesidades especiales contrastaban con la autonomía del resto, «¿cómo voy a hacer?».
Pero Begoña tenía amigos que son como los camilleros del Evangelio, esos que no se rinden ante la imposibilidad del otro, y «me animaron bastante; vi tranquilidad en sus ojos, me transmitieron paz y la sensación de que me iba a sentir como en casa». Así que, «¿por qué no intentarlo?». Estos días, Begoña está experimentado la ayuda de los que tiene a su alrededor. Sin ellos, nada hubiera sido posible. Literalmente, «me ayudan a vivir». Y le hacen «ver a Dios». «Dios siempre está con nosotros, y yo lo veo en los demás ayudándome a mí».
También Nacho (22 años) tiene claro que él está en Lisboa por la gente que se ha implicado. En especial, Hugo (19), con el que ha forjado una amistad auténtica y profunda. Reconoce estar «un poco cansado», aunque él se trajo un colchón hinchable para el suelo del polideportivo porque tiene dolores de espalda. Tiene claro que su «condición diferente al resto» (parálisis cerebral), «no te impide, solamente te acompaña».
En esta JMJ, Nacho se ha dado cuenta «de la gente buena que hay por el mundo». Los más cercanos, el grupo con el que ha venido, junto a Begoña, a Lisboa. «Las personas con discapacidad tenemos muchas limitaciones, y hay mucho esfuerzo detrás». Pero cuando «hay personas que te ayudan, te dan la vida». El estar en la JMJ para Nacho «es complicado, pero merece totalmente la pena». Él tiene claro, además, a lo que se va a una JMJ, «a ver lo que quiere Jesucristo de cada uno».