Así surgió el discurso de la luna - Alfa y Omega

Así surgió el discurso de la luna

50 años después, el asistente de Juan XXIII recuerda esa noche

Redacción

«Pero si yo no veo a nadie en la plaza»; era el 11 de octubre de 1962, poco después de las siete y media de la tarde, el día en que se había inaugurado el Concilio Vaticano II. Juan XXIII se había acercado a la ventana, pero su ayudante de cámara, Paolo Gusso, le replicó: «Están ahí, Santidad; hay mucha gente. Usted no los ha visto por el neón que rodea la ventana». Hoy, Paolo Gusso tiene 80 años, y el diario Avvenire ha recogido sus recuerdos medio siglo después de la noche en que el Papa bueno pronunció el famoso discurso de la luna.

Recuerda Paolo: «Monseñor Angelo Dell’Acqua había avisado de la llegada de la multitud a la plaza, sugiriendo la posibilidad de que el Papa se asomase a recibirlos, y monseñor Loris Capovilla, su secretario personal, se lo transmitió. Al final, el Papa accedió: Pero sólo la bendición; hoy ya he dicho muchas cosas. El discurso de la luna surgió así, de manera improvisada. Cuando acabó, dije al Papa: Santidad, su caricia se la daré hoy a mi hija Anna María. Ella ya sabía de las caricias del Papa, pero aquélla era especial».