Así es un ensayo de la agrupación musical de Jesús El Pobre
«Aquí encuentras tu grupo de amigos, que te ayudan a crecer en la fe», explica Denise, de 28 años, miembro de la Junta de Gobierno y también de la banda
Son las 17:00 horas y ya se oyen las cornetas en el interior de San Pedro el Viejo, en pleno Madrid de los Austrias. Es la Agrupación Musical de Jesús el Pobre que, como cada domingo del curso, ensaya en su sede canónica. Las terrazas, llenas de cuarentañeros en manga corta porque el sol de Madrid, cuando sale, pica, contrastan con estos veinteañeros —y algunos, ni llegan— que dentro del templo se han de poner sus sudaderas, muchas de la hermandad.
En la iglesia están ya montados los pasos del Señor y de la Virgen, al final de la nave principal. María Santísima del Dulce Nombre en su Soledad, ataviada de hebrea como manda la tradición para la Cuaresma, está en su capilla, de perfil ante la banda, que se ha situado para el ensayo de manera transversal a la nave. A la espalda de los músicos, presidiendo el ensayo, la talla de Nuestro Padre Jesús Nazareno El Pobre, adornado con claveles rojos a sus pies.

Hace diez años que la antigua Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad de Jesús El Pobre, de corte militar, se transformó en agrupación musical, más estilo sevillano. Esto significa que ahora el ritmo de la melodía lo lleva fundamentalmente la trompeta, con la corneta como acompañamiento, a las que se unen trombón, bombardino, tuba y trompa. Todo instrumentos de viento metal, que se completan con la percusión: platillos, cajas, tambores y bombo.
Llama la atención la juventud de la inmensa mayoría de los músicos de El Pobre, que en sí es un reflejo de la propia composición de la hermandad. «Es la que más jóvenes tiene», comenta Denise, de 28 años, miembro de la Junta de Gobierno y también de la banda. «Aquí encuentras tu grupo de amigos, que te ayudan a crecer en la fe», resume.

Así se expresa también Juan, otro de los integrantes. «Yo desde pequeño he vivido el mundo cofrade». Con 6 años empezó en la hermandad y, a pesar de haber vivido momentos en los que «igual te daba más reparo decir que crees», ahora ha cambiado porque «la vida va por etapas». Igual que le ha pasdo a él mismo, también hay jóvenes que «se abren más al mundo religioso». «Ya no hay tanto miedo a decir que somos creyentes».
Músicos y hermanos
Todos los componentes de la agrupación, que superan la cincuentena, son de la hermandad y desde ella se trata de implicar a todos los jóvenes en todas las actividades. No es raro que participen en trabajos de priostía, de acolitado o incluso en las labores de vestir a la Virgen. De hecho, el director de la agrupación musical, Jorge Renedo, es también el prioste de la hermandad.
—¿Qué es lo primero que hay que tener para formar parte de una banda como esta?
—¡Ganas!
Como las de Álvaro, que quería aprender a tocar el tambor y vio por internet la posibilidad de integrarse en la agrupación. Su caso es como el del 98 % de los componentes, que son autodidactas y principiantes. «Nos vamos enseñando unos a otros», resalta Juan. Para perfeccionar, este año la hermandad ha puesto en marcha una escuela de formación musical por secciones de la banda. Aunque, como avanza Jorge, «vienen por la música y al final se quedan por el Señor y la Virgen».

Marchas de gloria y de penitencia
«Como banda de Madrid, soñamos con tocar todos los días de la Semana Santa en Madrid». Lo expresa Jorge, y la realidad es que su sueño se va cumpliendo. El Pobre no solo toca en sus actos de hermandad. Este año lo ha hecho también en el Pregón de la Semana Santa en la catedral de la Almudena; en la presentación del cartel de la Semana Santa de la Archicofradía de Jesús de Medinaceli; o el concierto cuaresmal benéfico en San Pedro Ad Víncula de Vallecas, entre otros.
Asimismo, además de acompañar su estación de penitencia del Jueves Santo, pondrán música a la salida del Jesús de Medinaceli de Alcorcón el Viernes de Dolores, la Virgen de la Piedad de El Escorial el Miércoles Santo, y el Divino Cautivo el Viernes Santo, cuya estación de penitencia arrancará en la catedral de la Almudena.

Para su salida del Jueves Santo, la agrupación ha diseñado un repertorio de 45 marchas procesionales, de las cuales cuatro son propias y siete de nueva incorporación. Entre estas últimas, De vuelta al Porvenir o La muerte no es el final. Para acompasarlas al ritmo de la procesión, los responsables de la banda, así como el equipo de capataces y la diputada mayor de gobierno hicieron el recorrido completo. «En una plaza se puede tocar una marcha más gruesa, mientras que en una calle estrecha será más recogida».
Pero la banda no solo toca en Cuaresma y Semana Santa. Para la procesión de la Virgen Almudena, en su fiesta patronal, se cuenta con ellos; también para el Corpus Christi de Madrid; para la de San Judas, este año que salió por primera vez de su parroquia, la de la Santa Cruz; o para la salida de la Virgen del Carmen, de Los Gitanos. En estas ocasiones, se tocan marchas de gloria —ritmo menos lento y reposado que en Semana Santa— o se adaptan cantos litúrgicos como el Cantemos al amor de los amores o el Perdona a tu pueblo, Señor. «En las parroquias gustan mucho, y a nosotros nos encantan las procesiones de gloria porque nos entendemos muy bien con la gente y nos sentimos muy arropados», resume el director.