Así actuó Cáritas Madrid para proteger a los venezolanos varados en Barajas - Alfa y Omega

Así actuó Cáritas Madrid para proteger a los venezolanos varados en Barajas

«Respondemos como nos pide el Evangelio», explica Pilar Algarate, secretaria general de Cáritas Diocesana de Madrid

Begoña Aragoneses

La cancelación de vuelos de varias aerolíneas Madrid-Caracas ante la escalada de tensión en el espacio aéreo venezolano ha dejado en las últimas semanas a cientos de ciudadanos venezolanos sin poder regresar a su país. Ante esta situación de crisis, «desde Aena se nos pidió ayuda el jueves», explica Pilar Algarate, secretaria general de Cáritas Diocesana de Madrid, refiriéndose al pasado 4 de diciembre, previo al puente de la Inmaculada.

La situación se había vuelto insostenible para decenas de pasajeros que se encontraban en Barajas, y más para los especialmente vulnerables«Había más de 20 personas que iban a tener que dormir en la calle» por no tener redes familiares en Madrid o posibilidades económicas para pagarse un alojamiento sin saber hasta cuándo.

Aquellos que estaban en situación más delicada, por tratamientos o problemas médicos, fueron atendidos por Cruz Roja o la Comunidad de Madrid, y Cáritas pudo organizar, para esa misma noche, la acogida en un albergue de Moratalaz gestionado por los scout. «Pero solo esa noche, porque para el puente ya estaba comprometido».

Habilitada la casa de Cercedilla

El viernes 5 de diciembre, «viendo que se hacía la noche y no se les estaban dando respuesta» desde la administración, y «ante la incertidumbre de las familias», a las que se les había dicho que quizá hasta después del puente no podrían volar a Venezuela, Cáritas Diocesana de Madrid no quiso mirar para otro lado. «Pensamos que nuestra casa de Cercedilla [donde se hacen encuentros, formaciones, campamentos…] estaba libre ese finde semana» y la acondicionaron de manera urgente.

«Habilitamos ese espacio, que no es de emergencia», con calefacción y mantas, y también una cena caliente gracias a un restaurante de la zona. Se habló con la empresa de autobuses que presta servicios en la Cañada Real los viernes, para las actividades de los niños, para subir a las familias a Cercedilla. «El matrimonio que cuida la casa pudo comprar comida para todo el fin de semana», y ya el sábado, gracias a la reacción de las Cáritas parroquiales del arciprestazgo de Villalba, de la Vicaría VII, se pudieron recabar toallas para que las familias se pudieran duchar. Y se ofrecieron lavadoras y secadoras para aquellos que ya llevaban días de espera.

En total, 26 personas fueron atendidas, entre ellas una familia con dos menores que se incorporaron el mismo sábado. Estaba previsto que los acogidos estuvieran en la casa hasta este martes, 9 de diciembre, pero el domingo recibieron una información sobre la posibilidad de coger un vuelo a Venezuela el lunes a primera hora de la mañana. Un total de 21 personas se organizaron y se pudieron ir el domingo; las otras cinco han salido este mismo martes porque, «en teoría, tienen otro vuelo mañana a primera hora».

Respuesta a las palabras del cardenal Cobo

Pilar Algarate quiere destacar «la solidaridad de toda la red de Cáritas», que en apenas una hora y media se puso en marcha y «organizó todo, cuando nosotros nos trabajamos esta emergencia».

«Al final, hemos podido dar respuesta como nos pide el Evangelio, poniendo a las personas en el centro y sacando lo mejor de cada uno», subraya Algarate. La secretaria general envió el mismo lunes un mensaje de agradecimiento a todos los equipos implicados en esta crisis. Además de los ya mencionados, destacó el trabajo de Acogida Central, que se desplazó el mismo jueves al aeropuerto tras la llamada de Aena; el apoyo de Innovación y Transformación y Servicio Generales, así como el trabajo de Área Jurídica, que elaboró el documento que permitió formalizar la acogida transitoria.

En este tiempo de Adviento, tiempo de esperanza, Algarate recuerda también las palabras que el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, pronunció en su homilía de la solemnidad de la Inmaculada: «¿Dónde estás?». «Una llamada que nace de una búsqueda amorosa y que nos invita a situarnos junto a quienes necesitan ser acompañados», apunta la secretaria general. «Lo vivido estos días es, precisamente, una respuesta concreta a esa invitación: una comunidad que se moviliza y abre caminos, ofreciendo a quienes atraviesan momentos de incertidumbre un lugar seguro, cercano y fraterno».