Arte que une lo sagrado con lo contemporáneo
La Fundación Vía del Arte acaba de presentar su último proyecto, Transfiguración, una revista anual que, según su fundador, el escultor Javier Viver, pretende «visibilizar lo invisible, mostrar el misterio, sentirlo». Se apoya, además, en el interés creciente por lo sagrado en el arte, sobre todo en gente joven
Cuando Luis Meseguer (1995), compositor musical y comunicador, descubrió la música sacra actual, «que pasa muy desapercibida», empezó a echar en falta un medio de comunicación que aunara lo sagrado con lo contemporáneo en todas las artes. «Si no existe, lo creo», se dijo a sí mismo. E ideó Transfiguración, una revista presentada recientemente en el espacio O_Lumen de Madrid que, aun teniendo un planteamiento profundamente cristiano, está abierta a diferentes religiones y espiritualidades.
El proyecto nace bajo el paraguas de la Fundación Vía del Arte, que tiene como objetivo la promoción del patrimonio artístico mediante la integración del arte contemporáneo en el arte sacro. Cada número de Transfiguración será temático; este primero, que saldrá en unas semanas, está dedicado a la luz. En este contexto, se regalará a los suscriptores una pieza única, obra de Javier Viver y Santiago Rodríguez Maisterra, una radiografía que muestra a un Niño Jesús a través de la cual se filtra la luz. «Es una metáfora del nacimiento de la revista y también de cómo a través de Dios llega la luz», apunta Meseguer.
El equipo de Transfiguración proviene del entorno del Observatorio de lo Invisible, otro proyecto de la Fundación Vía del Arte que, según Viver, es «un revulsivo para que los artistas vayan creando». Se trata de una escuela de verano de arte y espiritualidad en el monasterio de Guadalupe (Cáceres). Entre sus promotores están, además de Viver, el arquitecto Benjamín Cano —autor de, entre otros, la capilla de san Juan Pablo II de la catedral de la Almudena—, el compositor y director de orquesta Ignacio Yepes y la pintora María Tarruella. Se celebrará del 17 al 22 de julio y en ella habrá varios talleres, como el de danza, a cargo de Antonio Ruiz, el de teatro, de Pietro Sarubbi, o el de expresión vocal con el Niño de Elche.
Un equipo de más de 40 personas de distintas disciplinas estará detrás de cada edición, que incorporará entrevistas, críticas y reseñas, así como colaboraciones de artistas reconocidos con piezas especiales creadas para cada una. En este primer número destaca la de la fotógrafa Paula Anta con Nos. Se trata de una fotografía de un árbol sobre pan de oro que remite a una de las imágenes más antiguas de lo sagrado, como es el dorado.
La revista será anual y con ediciones limitadas. Cada una irá numerada, de manera que pasa a ser objeto de coleccionista. Así precisamente lo explica Viver —conocido por ser el creador de la Virgen de Hakuna—, también fundador de la revista. Cuenta que Transfiguración ya es en sí misma una obra de arte, porque adapta formato, tamaño, papel y encuadernación a la pieza. «Queremos que la revista no solo hable con la palabra, sino también con la imagen; a veces entran en diálogo la palabra y la imagen y se genera un formato puramente artístico». Tanto es así que algunas piezas se podrán separar y exponer como obra artística. «Muy cuidada», la publicación «va a ser una fiesta visual, es mutante y se va a ir adaptando a las obras». «Cada número es una sorpresa, va a ser una joya; cada año, lo que recibe el suscriptor es una obra de arte que llega a su casa», resume el escultor.
En definitiva, un proyecto ambicioso porque, en general, el arte sacro, explica Viver, «es ambicioso; se trata de visibilizar lo invisible, mostrar el misterio, sentirlo». En la Iglesia, añade, «el arte siempre ha sido un medio para anunciar el misterio». Observa el escultor que en los últimos años se aprecia una vuelta al interés por lo sagrado en el arte, sobre todo en gente joven. Algo que «antes era tabú» experimenta ahora una «regeneración». En este sentido, alude a recientes exposiciones en la National Gallery de Londres y la National Gallery of Art de Whashington.
Ya en nuestro país, con una tradición en imaginería tan relevante, abunda Javier Viver a Alfa y Omega, «los artistas contemporáneos encuentran en ese mundo una fuente de inspiración, una riqueza bestial para hablar del poder de las imágenes de emocionar, de transformar…».