Archie Battersbee ha fallecido tras ser desconectado del soporte vital
La justicia británica no autorizó el traslado de Archie a un hospital de paliativos
«Ha luchado hasta el final», ha declarado la madre de Archie. El pequeño ha fallecido después de haber sido desconectado del soporte que lo mantenía con vida. Los Battersbee agotaron antes todas las vías legales. Hace unas horas los tribunales británicos negaron a los padres de Archie Battersbee que el menor pasase sus últimos momentos en un hospital para enfermos terminales y muriese de acuerdo con cómo los padres consideraban que tenía que suceder. La decisión del Tribunal Superior de Gran Bretaña estimó que el niño de 12 años estaba en muerte cerebral y que nada más se podía hacer por su vida. Los padres acudieron a todas las instancias legales posibles para frenar la desconexión del soporte vital que mantenía a Archie con vida desde que el pasado 7 de abril intentara autoasfixiarse siguiendo un reto viral popularizado en TikTok. Desde ese día el pequeño permanecía ingresado en el Royal London Hospital. Ante la falta de respuesta cerebral, a mediados de mayo, los facultativos del centro comenzaron a realizarle más pruebas para determinar su estado. El 31 de mayo una resonancia magnética certificó que Archie estaba en muerte cerebral y los médicos estimaron oportuna la desconexión. Los Battersbee se negaron por completo y comenzó una batalla legal, con sentencias y apelaciones cruzadas, que llegó a su fin después de haber apelado a la ONU y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El último intento de los padres fue trasladarlo a un hospital para terminales. El Tribunal Superior estimó pocas horas antes de la desconexión que el traslado a un centro de cuidados paliativos no era lo mejor para el pequeño dado su delicado estado de salud.
En declaraciones a un medio británico, la madre Hollie Dance, se ha confesado «rota» por el desenlace y ha reconocido que desde el 7 de abril «no ha habido un solo día que no haya sido horrible en la vida de la familia». «Hice todo lo que le prometí a mi pequeño que haría. Y lo hice», explicaba.
Los obispos de Inglaterra y Gales, a través de John Sherrington, auxiliar de Westminster y encargado de las cuestiones relacionadas con la vida, manifestaron la cercanía de toda la Iglesia y las oraciones por la familia y por quienes cuidaban del pequeño.
«Dado que ahora se le retirará el soporte vital, cada paso debe reconocer su dignidad inherente como una persona creada a imagen y semejanza de Dios», aseguró Sherrington. También destacó que la importancia de acompañar a los padres en este adiós a su hijo.
«Si bien la Iglesia Católica reconoce que hay situaciones en las que el tratamiento médico para mantener la vida ya no es obligatorio si no hay esperanza de recuperación, se debe proporcionar un tratamiento y atención ordinarios adecuados a la condición del paciente», concluyó el obispo.