Aquí se turnan la pastoral de infancia y la atención a los refugiados - Alfa y Omega

Aquí se turnan la pastoral de infancia y la atención a los refugiados

Niños, mayores y los más desfavorecidos se encuentran en la parroquia Nuestra Señora de Atocha

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
El territorio de la parroquia comprende un ministerio, varios museos y la estación de ferrocarril de Atocha
El territorio de la parroquia comprende un ministerio, varios museos y la estación de ferrocarril de Atocha. Foto: Nuestra Señora de Atocha.

Una de las devociones más antiguas de Madrid es Nuestra Señora de Atocha. Se dice que desde tiempos inmemoriales se levantaba a orillas del Manzanares una ermita dedicada a la Virgen. El lugar debía de estar plagado de atochas, la planta con la que se hace el esparto, lo que acabaría dando nombre a dicha advocación. Lo cierto es que ya en el siglo XII aparecen documentos que atestiguan el culto a esa imagen, custodiada entonces por los monjes de una abadía de Toledo y hoy, tras sucesivas transformaciones a lo largo de los siglos, por los dominicos.  

Los españoles la conocen sobre todo porque, considerada protectora de la realeza española, tras la boda de los reyes Felipe y Letizia ella le entregó allí su ramo de novia. Y tanto la princesa Leonor como la infanta Sofía, al recibir el Bautismo, fueron presentadas a María bajo esta advocación. A pesar de su larga historia y de su relación con la corte, la basílica de Atocha solo es parroquia desde 1965. Pero en estos casi 60 años ya se ha convertido en una de las más señaladas de la pastoral en el centro-sur de la capital.

La Virgen de Atocha es considerada protectora de la realeza española
La Virgen de Atocha es considerada protectora de la realeza española. Foto: Nuestra Señora de Atocha.

«Aunque en el barrio están entrando también familias jóvenes, los feligreses más habituales son los de más edad», afirma Ángel Fariña, el párroco. En Nuestra Señora de Atocha hay dos grupos del apostolado de mayores Vida Ascendente, «con gente muy despierta, con argumentos y muy abiertos. Algunos son la sabiduría personificada», añade.

Como cualquier parroquia, organiza la iniciación cristiana de los niños. La mayoría son de fuera del barrio porque acuden a estudiar a dos colegios de la zona, uno de ellos regentado por los mismos dominicos. «Cada año tenemos 100 niños nuevos y hay mucha continuidad después en los grupos que se preparan para la Confirmación», apunta el párroco. Aparte de ello, cerca de 50 parejas de novios se preparan aquí cada año para el matrimonio, un acompañamiento «muy enriquecedor para ellos» y también para una iglesia en la que «intentamos cuidar el trato personal y mostrar cercanía en todo lo que hacemos», dice Fariña.

Con los más desfavorecidos

Uno de los fuertes de la basílica es la labor social. Ya han acogido y ayudado a 164 personas este año, «gracias a la ilusión de muchos voluntarios que se quieren implicar por los demás», afirma Iván Calvo, prior de la comunidad de dominicos y rector de la basílica, además de responsable de la pastoral con los más desfavorecidos. Reparten habitualmente bolsas de alimentos a familias y personas a las que hacen un seguimiento. Un buen número de feligreses voluntarios acuden además periódicamente a ayudar a un comedor social. Para los más mayores, han ideado el proyecto Senior 4.0, en el que varios laicos enseñan a vecinos de más edad para romper con la brecha digital desarrollando sus competencias en este campo. La iniciativa se completa con un grupo de ejercitación de la memoria para este sector de la población.

Pero quizá lo más particular de la labor social de la parroquia sea la acogida que se da a familias de refugiados cada verano, dentro de las iniciativas de la Mesa por la Hospitalidad. «Como los espacios del colegio quedan libres esos meses, se los ofrecemos a estas familias», en una acogida en la que los voluntarios «se turnan para cocinar para ellos y acompañarlos por las noches y los fines de semana», cuenta Calvo.

Voluntarios reparten comida a inmigrantes en los locales de la parroquia
Voluntarios reparten comida a inmigrantes en los locales de la parroquia. Foto: Nuestra Señora de Atocha.

Mientras esperan el verano, los miembros de este apostolado preparan ya las actividades de Navidad: una campaña de recogida de juguetes, una cena de Nochebuena para personas solas y un hermanamiento entre familias desfavorecidas y otras de la parroquia, que «preparan para ellas unas cestas no solo con alimentos propios de esas fechas, sino con una carta, una felicitación, dibujos, cualquier cosa que les haga ver que las tenemos en cuenta y pensamos en ellas».