Aquí se acompaña a los solteros - Alfa y Omega

Aquí se acompaña a los solteros

¿Cómo puede un hombre nacer de nuevo? ¿Cómo puede un soltero de larga duración sanar su herida afectiva, reilusionarse y ser luz para el mundo? El recorrido Nicodemo de las franciscanas alcantarinas da la respuesta

Begoña Aragoneses
Parte del grupo Nicodemo II, que acaba de concluir el recorrido. Foto: Begoña Aragoneses.

«Nicodemo es para un soltero la posibilidad de renacer, de ver que su vida es importante y preciosa tal y como es, y que puede ser fecunda, a pesar de no estar casado, si dejamos que el Espíritu Santo viva en nosotros». Así explica sor Valeria, superiora de las franciscanas alcantarinas de Arenas de San Pedro (Ávila), un recorrido de fe para solteros de 35 a 50 años que nació en 2018 de la gran demanda que percibían en sus propuestas de acompañamiento a jóvenes. No es que los solteros no tengan vocación porque, como recuerda la hermana, «la vocación común es dejarse amar». Por eso, «por supuesto que pueden ser testigos de fe y misioneros de la caridad, quizá mejor que las religiosas, porque llegan a las periferias de la sociedad». Nicodemo es un itinerario de dos años, con encuentros de fin de semana, para «dar valor a la vida que ya se ha recibido por el Bautismo y hacer un recorrido de sanación de heridas afectivas del pasado que, sin ser uno consciente, le impiden abrirse a otra relación». «A la luz de Dios y del Evangelio» se abordan las relaciones familiares, los sentimientos de culpa, los bloqueos por la propia historia vivida…

Valeria, Betta, Sonia y Assunta son las hermanas encargadas de Nicodemo. Foto: Hermanas Franciscanas Alcantarinas.

Al comienzo «damos mucha caña con la necesidad de incomodarse», de «abrirse y ponerse en juego, sobre todo en el amor a una persona concreta». Después, los nicos «ven que la Palabra de Dios tiene una potencia impresionante y se van apasionando». A su vez, descubren que «no son el bicho raro y pueden compartir su sufrimiento, pero también la alegría en fraternidad». Los frutos han sido abundantes. «El más evidente es que una persona se desbloquee y encuentre una pareja», y de hecho son varios los matrimonios que han salido ya. Pero hay un fruto «fundamental»: la forma en que miran su soltería aquellos en los que, «aparentemente, no ha cambiado nada»; «aunque continúe el deseo de casarse, ya la vida no es un sinsentido, sino que ha experimentado el amor de Dios y el amor de los demás». Para las propias hermanas, Nicodemo «ha sido una gran sorpresa, un milagro»: «Hemos abierto nuestra casa y nuestro corazón al cuidado y escucha de personas de Dios que gritaban la necesidad de una tierra prometida. Pero es Él quien lleva adelante el recorrido». Este octubre se iniciará el quinto grupo Nicodemo: «Hay un vacío pastoral y hay que atenderlo». Para más información se puede escribir a alcantarinasarenas@gmail.com.

«Yo me sentía invisible»

Isabel junto a su novio, Rafa, con quien se casará en octubre. Foto cedida por Isabel Pera.

Isabel Pera llegó a Nicodemo después de un tiempo con la sensación de que «no había nada para mí en la Iglesia; me sentía invisible». De hecho, descubrió más opciones en el mundo new age, aunque este es «un camino que te lleva a otra parte». En Nicodemo, el alma se le empezó a esponjar con las historias de personajes bíblicos como Ana o Job «con los que me sentía identificada, y por tanto la Palabra de Dios era también para mí; esa invisibilidad quedaba recogida y se le ponía luz». Frases como que «tu vida vale igual que la de una madre de 14 hijos: la sangre de Cristo», o que «no éramos los fracasados o los a medias», sino que «Dios está construyendo una bonita historia con cada uno», la llenaron de esperanza. La profundización en el Bautismo le dio sentido de identidad y pertenencia: «Somos hijos de Dios y pertenecemos a Él», aunque «el mundo te vea solo como casado o no, con trabajo o sin él»… En febrero de 2021, Isabel conoció a Rafa. «Yo era de descartar al minuto» si alguien no entraba en sus esquemas, pero en Nicodemo había aprendido a dar oportunidades, a «estar dispuesta a hacer cambios, a deconstruir tus cosas para construir otras mejores». Isabel y Rafa se casarán este octubre. «Nicodemo es una llamada a vivir a lo grande. Es despertar, ilusionarse, volver a soñar». O tener una «nueva mirada» a lo de todos los días: «A lo mejor tu compañero de trabajo, con el que sales cada día a tomar café…».

Elena anima a hacer Nicodemo: «Merece la pena dar este salto de confianza». Foto: Begoña Aragoneses.

A Elena Muñoz-Cobo la invitó una buena amiga. «Necesitaba crecer y profundizar», personalmente y en la fe. «Yo me meto en esto», se dijo tras el primer fin de semana, porque «no solo era lo que trataba, sino cómo», aterrizando en el día a día de soltera. Le llegó especialmente la invitación de las hermanas a preguntarle a Dios «qué piensa de mi soltería». Tres años después, «hemos ido haciendo camino en esa respuesta». «Nicodemo me ha ayudado a vivir mi realidad con sentido» y a «entenderme más, quererme más, ser más yo y ser más libre: con los demás y con Dios».