Antonia Salzano: «Carlo me anunció en sueños mi embarazo»
La madre del beato Carlo Acutis ha viajado a España para dar a conocer El cielo no puede esperar, la película de José María Zavala sobre su hijo. «Es realmente conmovedora», asegura
¿Qué supone para usted que hayan hecho una película sobre su hijo?
Estoy feliz de que la hayan producido. En primer lugar, porque quien lo hizo estaba motivado por un deseo real de ayudar a los jóvenes, ofreciéndoles un modelo actual de santidad que pudiera inspirarles en su camino de vida y de fe. El director, José María Zavala, intuyó de inmediato que Carlo podía ser un gran ejemplo para ayudar a la juventud. De hecho, ¿quién mejor que un niño de hoy puede hablar a los jóvenes contemporáneos? Carlo vivió todo lo que ellos viven y experimentan a diario, pero logró, encomendándose a Dios, pasar indemne por todos aquellos peligros a los que están expuestos todos los días: pornografía, alcohol, drogas, adicciones. Esta película es una brújula preciosa para ayudar a las personas a orientar su existencia hacia la verdadera meta, que es el cielo.
¿Cuál sería el mensaje de Carlo a los jóvenes de ahora?
Él escribió que todos los hombres «nacen originales, pero muchos mueren como fotocopias». Para no morir como una fotocopia, Carlo se encomendó a Jesús y a los sacramentos. Este sería su principal mensaje, que todos estamos llamados a la vida eterna, pero debemos merecerla. Jesús nos da los medios a través de la Iglesia. Dejemos entrar a Dios en nuestra vida, para que convierta lo ordinario en extraordinario. Él, en particular, se alimentaba diariamente de la Eucaristía, a la que llamaba «mi camino al cielo». También hacía adoración eucarística, rezaba, leía la Sagrada Escritura. Ese es el ejemplo.
¿Qué le ha parecido el filme?
Es realmente conmovedor. La película muestra cómo mi hijo logró vivir una vida feliz, llena de luz y paz, al orientar su existencia hacia el absoluto. Él decía que «el infinito es nuestra patria, no lo finito; nuestro nombre y también nuestro apellido es infinito. Siempre hemos sido esperados en el cielo».
Usted se ha llegado a definir como una «analfabeta en la fe». ¿Le ayudó su hijo de algún modo a dejar de serlo?
Fue como un pequeño salvador para mí. Gracias a él descubrí la fe. Nos acercó al Señor. Antes de que naciera Carlo solo había ido a Misa tres veces en mi vida: el día de mi Primera Comunión, en mi Confirmación y en mi boda. No es que mis padres estuvieran en contra de la fe, pero no la practicaban para nada. Es verdad que mi tía era hija espiritual del padre Pío y estaba con él en San Giovanni Rotondo cuando yo nací. Me bendijo a distancia y esa bendición llegó años después, cuando Carlo vino al mundo.
¿Y de dónde le vino la fe a Carlo?
Al poco de nacer, con 3 meses, dijo su primera palabra; a los 5 meses ya hablaba. Esa precocidad también la tuvo en la vida de fe. Siempre me hacía preguntas profundas que muchas veces no sabía responder y esto me inquietaba. Cuando tenía unos 4 años y medio mi padre murió. Para mí fue una tragedia. Poco después, Carlo me dijo que su abuelo se le había aparecido diciéndole que estaba en el purgatorio y que rezara por él. Hubo también otro suceso. La providencia me puso en el camino un sacerdote que tenía el don de la introspección de los corazones. Recuerdo que la primera vez que me recibió, me confesó y me contó todos mis pecados aunque nunca antes me había visto. También predijo que Carlo tendría una misión especial para la Iglesia y que ayudaría a muchas almas. Así que no fue cosa nuestra.
¿Cómo se vive la beatificación de un hijo?
Creo que hay pocas personas que experimentan la beatificación de un hijo en la vida. Para mí fue un gran acicate. Gracias a su vida y a su beatificación vi que es verdaderamente posible llegar a ser santos. No es una leyenda.
¿Hay algún avance respecto a su canonización?
Cada dos días recibimos noticias de todo el mundo de un posible milagro, curación o conversión gracias a la intercesión de Carlo. Estamos seguros de que, en un futuro no muy lejano, podría ocurrir un milagro que conduzca a su canonización, aunque la Iglesia necesite su tiempo.
Hubo también un suceso inexplicable que tiene que ver con la llegada de los hermanos de Carlo al mundo.
Él murió en 2006, cuando yo tenía 39 años. Era hijo único y, hasta entonces, nunca me había preguntado por qué no habían llegado más niños. Empecé a hacerme pruebas médicas más exhaustivas para ver si podríamos aumentar la familia. Incluso mi esposo y yo solicitamos la adopción de varios niños. La verdad es que no fue fácil. Al final perdí la esperanza y, entonces, una noche, Carlo se me apareció en sueños y me anunció que volvería a ser madre. Al poco tiempo me quedé embarazada de mellizos. Lo increíble es que la fecha de nacimiento pronosticada por el médico fue exactamente el día de la muerte de Carlo. Los chicos ahora tienen 12 años y también son muy devotos. Como Carlo, van a Misa todos los días y también rezan el rosario a diario. Incluso a veces discuten para ver quién lo dirige. Para ellos, Carlo es uno más de la familia y viven la relación con su hermano en el cielo con mucha naturalidad.
Del 23 de febrero al 3 de marzo, Salzano realizará una gira por España para dar a conocer la película. Mantendrá coloquios con los espectadores en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Toledo, Valencia, Murcia, Granada, Córdoba y Sevilla.
Asimismo, firmará ejemplares de su libro El secreto de Carlo Acutis (Editorial San Pablo) en las librerías San Pablo de Madrid y Sevilla, en Librerías Paulinas de Barcelona, Valencia y Granada, y en la Librería Diocesana de Córdoba.