Año I de la comisión asesora del PRIVA: 39 casos resueltos con éxito
Las víctimas de abusos están satisfechas con el proceso de reparación integral. «El círculo se cierra de manera más completa», afirma una
Volver sobre unos sucesos que han destrozado tu vida no es fácil. Aun así, la víctima de abusos sexuales con la que Alfa y Omega ha entrado en contacto accede a revelar algunos de los episodios que sufrió siendo menor: «Tocamientos, masturbación en mi presencia. Frotamientos» con sus genitales, «excitación visible y manifiesta». El miedo, la vergüenza o el sentimiento de culpa al hablar de estas aberraciones provocan en muchos casos que las víctimas entierren en lo más hondo de su ser los abusos que sufrieron siendo tan solo unos niños. Y ocurre que cuando uno es capaz de volver sobre ello para tratar de sanarlo, el delito en no pocas ocasiones ha prescrito o el victimario está muerto. De esos casos es precisamente de los que se ocupa la Comisión Asesora del Plan de Reparación Integral a menores y personas equiparadas en derechos, víctimas de abusos sexuales (PRIVA). «Cuando los caminos legales se han cerrado para las víctimas», la Iglesia «quiere mantener la puerta abierta para escucharlas y responder de forma integral», explicó el presidente de la Conferencia Episcopal durante el lanzamiento en julio de 2024 de esta iniciativa.

En su primer año de trabajo, la comisión asesora ha recibido 89 solicitudes de reparación integral, de las que ya ha resuelto 39. Uno de los primeros expedientes que se afrontaron fue el de nuestra víctima, que explica cómo vivió el momento en el que le comunicaron la decisión de la comisión: «Con serenidad, si bien te surgen dudas al ser de los primeros, por si acaso debería haber esperado más tiempo y observar». Tras conocer el dictamen, recibió el dinero «en 15 días»; una cantidad que se suma a los dos años de terapia que fue sufragada por la entidad a la que pertenecía su abusador. Ahora, después de la intervención de la comisión asesora, «el círculo digamos que se cierra de manera más completa».
Más allá de lo económico
El caso es paradigmático de lo que quiere lograr la comisión. «La reparación es integral, y eso va mucho más allá de lo económico. Lo principal es que sientan la reparación moral y el acompañamiento y, con ello, lograr la sanación», explican fuentes de la entidad en conversación con este semanario. Aunque no es fácil. «Cuando se ha vivido con las secuelas del trauma que haya dejado el abuso», la recuperación «es difícil».
La comisión trabaja con este objetivo en el horizonte y su intervención comienza principalmente a petición de las víctimas. «Aproximadamente el 75 % de las solicitudes han llegado por su iniciativa». Lo cual sitúa en el 25 % los casos que se han iniciado de oficio. Lo primero que hace el equipo es ponerse en contacto con la institución eclesial a la que pertenecía el victimario para que entregue los informes del caso. La idea es que la víctima no tenga que rememorar unos hechos de los que ya ha informado a la Iglesia con anterioridad. Desde la comisión, hablan de «especial celo para evitar que el proceso genere un mayor sufrimiento». Con la documentación en su poder, se empieza a estudiar el asunto desde todos los prismas: por especialistas y en conjunto, y según criterios jurídicos y terapéuticos.
- La reparación económica más alta para una víctima ha sido de 96.000 euros, mientras que la más baja ha sido de 3.000.
- Hasta el momento, en el primer año de trabajo se han resuelto 39 expedientes, de los 89 que han llegado a la comisión asesora.
- En el 75 % de las ocasiones, ha sido la propia víctima quien ha acudido a la comisión asesora para iniciar el proceso de reparación.
- De las 89 solicitudes de reparación integral, 32 pertenecen a casos en diócesis y 57 a abusos sucedidos en congregaciones.
- Desde que la comisión asesora se pone a trabajar, tras recibir todos los informes, el plazo para emitir una resolución es de tres meses.
- El órgano está formada por diez miembros: uno de la CEE, uno de CONFER y ocho profesionales de distintos ámbitos.
- La víctima con la que ha entrado en contacto Alfa y Omega ha recibido la parte económica de la reparación en 15 días.
«La comisión termina su tarea cuando hace llegar el dictamen a la institución eclesial, que es la responsable de llevar a cabo la reparación con las víctimas y las recomendaciones», explican fuentes internas. Según ha podido saber Alfa y Omega, la decisión final se le comunica a la víctima «cara a cara». En ese encuentro «se le explica qué criterios se han tenido en cuenta —gravedad del hecho, repetición, edad, consecuencias—, y las cantidades», así como las recomendaciones que se han hecho a la institución para afrontar el caso; o para la implantación de procesos de prevención, formación o intervención en otros similares en el futuro. Pero lo más importante, concluye, «lo fundamental», es «el perdón».