Angie, el ángel que recupera el Adviento y a Vicente Miguel
El angelito Angie es el protagonista de un juego que trata de recordar el sentido del Adviento y que podría sacar a Vicente Miguel, su creador, de la exclusión social en la que aún vive. «Queremos transmitir el Evangelio a los niños y a los jóvenes utilizando un lenguaje que ellos puedan entender y con el que se puedan identificar»
Scattergories, Trivial, Pictionary, Risk o Monopoly. Todos juegos de éxito y en cuyo lanzamiento trabajó el valenciano Vicente Miguel, que lleva toda su vida en el mundo publicitario del sector de los juguetes. Sin embargo, en 2008, la crisis económica convirtió al publicista en un juguete roto y le catapultó desde la cima de su carrera profesional a la exclusión social. «Yo era el director de la empresa cuando se fue a pique. La deuda se disparó hasta los 600.000 euros, entré en barrena y perdí absolutamente todo. Todavía hoy me siguen llegando demandas», explica en conversación con Alfa y Omega.
En ese todo Miguel incluye a su mujer, que le abandonó y se fue a vivir a Madrid. Por el camino también se dejó su fe, aunque de ella se deshizo cuando empezó a triunfar laboralmente. Sí que pudo, sin embargo, seguir viviendo con su hija de 7 años, aunque necesitó la ayuda de Cáritas Rocafort para poder alimentarla. «Nos daban comida todos los meses. Actualmente, nos está ayudando el departamento de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Moncada (Valencia)», asegura.
La montaña rusa de su vida empezó a ir de nuevo hacia arriba cuando Vicente se reencontró con una amiga de la facultad que estaba muy metida en los retiros de Emaús. «Ella acababa de volver de hacer ejercicios espirituales y llevaba un chute de amor a Dios brutal». Entonces, «me convenció para volver a ir a Misa» y al reencontrarse con Dios, se reencontró también consigo mismo.
«Volví a la oración, a estar muy cerca de Dios, y todas las piezas volvieron a encajar a nivel espiritual, personal e incluso profesional», asegura. El contador de este último ámbito se volvió a poner a cero el 26 de diciembre de 2018 cuando «en mi cabeza nació Angie, el angelito de Adviento», un juego para ayudar a los niños a prepararse de cara a la Navidad y recuperar el verdadero sentido del Adviento. Entonces, el publicista fundó la empresa Disciple Toys, cuyos beneficios van a ir en parte (1 % o 2 %) destinados a Cáritas, y se puso a trabajar.
Encuentra a Angie el angelito
El juego consta de un libro-calendario —ya disponible en las librerías— y de una aplicación móvil desarrollada por Kibi Toys, que «ha trabajado de forma gratuita a cambio de un futuro porcentaje de los beneficios». Lo mismo la ilustradora Isabel Cuevas, a la que «le gustó tanto el proyecto que también ha trabajado gratis y solo cobraría en caso de que el proyecto fuera bien».
El libro anima a los niños a hacer una buena obra cada día. Por ejemplo, «hoy le tienes que dar las gracias a todas las personas que hagan algo por ti; hoy tienes que ayudar a un amigo que veas triste o que esté enfadado; hoy vas a pedirle a Jesús por todos tus amigos y tu familia…». Si los niños lo cumplen, entonces pueden ir al móvil o a la tablet y acceder a la aplicación —disponible para iOS y Android— que los padres se han descargado previamente. «Al entrar, el aparato se pone en modo cámara, como si fuera un dispositivo de realidad virtual, y el niño o la niña tiene que ir buscando a Angie por toda la casa. Hay un momento en el que de pronto aparece el angelito y hace una animación muy divertida que a los niños les encanta», explica el creador.
Por último, se toca un botón y el angelito se queda guardado en el día correspondiente del calendario virtual de la aplicación. La idea es completar todas las casillas. Además, «el día que no se porte bien, los padres tienen la opción de bloquear el angelito para que no aparezca hasta que el niño cambie de actitud y cumpla la buena obra del día».
Recuperar el sentido del Adviento y la Navidad
De esta forma, el juego tiene una clara vocación pedagógica y una evidente intención evangelizadora. «Queremos transmitir el Evangelio a los niños y a los jóvenes utilizando un lenguaje que ellos puedan entender y con el que se puedan identificar. Por eso, utilizamos la tecnología disponible en el siglo XXI para hablar de Dios y para tratar de recuperar el verdadero sentido del Adviento», asegura Vicente Miguel. «Qué mejor formar de prepararse para el nacimiento del niño Jesús que regando el día a día de nuestros niños de buenas obras».