Amoris laetitia: ni permisivismo ni rigorismo
Discernir, acompañar, un nuevo lenguaje, misericordia pastoral, la experiencia de pobreza y fragilidad, el matrimonio como ideal irrenunciable, la belleza de la familia… son las claves de Amoris laetitia que han subrayado en la presentación del documento los cardenales Baldisseri y Schönborn. «Es una trampa focalizar todo sobre la cuestión de los divorciados vueltos a casar. El Papa no innova en este documento, sino que se sitúa en la gran tradición pastoral de la Iglesia», ha dicho Schönborn
El cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, ha afirmado que se trata de «un precioso documento sobre el amor y la familia», que sale «en plena continuidad con la Evangelii gaudium». Además, «es significativo que salga en pleno jubileo de la Misericordia», porque «la sociedad tiene necesidad de perdón y reconciliación desde su núcleo fundamental: la familia».
Así, el texto «recoge la pluralidad de la experiencia de las Iglesias particulares», y subraya «la unidad de doctrina y de praxis pero con diversos modos de interpretar algún aspecto». Para el cardenal Baldisseri, la clave de lectura «es el tiempo jubilar que la Iglesia está viviendo, la lógica de la misericordia pastoral. El Papa propone la doctrina del matrimonio como un ideal irrenunciable, especialmente para los jóvenes que piensan en el matrimonio». No elabora «una pastoral de fracaso, sino de consolidar los matrimonios y prevenir las rupturas«, prestando «atención a la fragilidad de las familias, sin disminuir el ideal evangélico».
«El documento pone una mirada positiva sobre la belleza del matrimonio y la familia, en un contexto universal de crisis sobre esta institución», ha señalado. «Como todo pastor, el Papa muestra una solicitud paterna sobre las innumerables concretas», en referencia a las situaciones llamadas irregulares, apelando «a un discernimiento de cada caso particular» de cara «a una plena participación en la vida de la Iglesia», pero rechaza que el Papa haya introducido «una nueva normativa canónica».
En este sentido, el cardenal ha subrayado que la Exhortación cita en numerosas ocasiones los textos magisteriales de la Iglesia en las últimas décadas acerca del matrimonio y la familia, como Casti connubii, Humanae vitae, Familiaris consortio o el mismo Catecismo de la Iglesia católica, así como otros textos recientes del Papa como la Evangelii gaudium o los recientes Motu proprio sobre la reforma de los procesos de nulidad.
Un nuevo lenguaje
El cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena expresó su «alegría por el modo en el que el Papa Francisco habla sobre el amor en el matrimonio y la familia. Es un texto bellísimo. Puedo decir que a veces nuestros documentos eclesiásticos son un poco fatigosos, pero este texto es bellísimo. Lo he leído con alegría y gratitud».
El cardenal arzobispo de Viena afirmó que «es una trampa focalizar todo sobre la cuestión de los divorciados vueltos a casar. El Papa Francisco no entra en la casuística, no ha elaborado una nueva disposición canónica. No se puede jugar con los sacramentos, no se puede jugar con la conciencia de un matrimonio delante del Señor, y no se puede jugar con Dios. El Papa no innova en este documento, sino que se sitúa en la gran tradición pastoral de la Iglesia».
El texto supera la distinción clásica entre «el matrimonio y la familia donde todo va bien y en orden, y luego las situaciones irregulares, las familias patchwork, que a veces tienen la sensación de sentirse excluidas». El Papa «no quiere catalogar ni categorizar, sino usar el lenguaje de Jesús, que no excluye a nadie. Por eso este documento es tan reconfortante, porque nadie debe sentirse condenado ni rechazado».
«El Papa quiere integrar a todos –afirmó el cardenal Schönborn–, según una comprensión esencial del Evangelio: todos necesitamos la misericordia. Todos estamos en camino, también los matrimonios en los que todo va bien, también tiene necesidad de perdón y de un nuevo inicio.
También es «un acontecimiento lingüístico, porque hay algo que ha cambiado el lenguaje eclesial», sin dejar de ser «un documento profundamente tomístico», pues menciona en numerosas ocasiones a santo Tomás de Aquino». En Amoris laetitia el tono lingüístico presenta «un profundo respeto a toda persona, que en primer lugar no puede ser tratada como un caso problemático». «Los capítulos cuarto y quinto son los capítulos centrales, sobre el amor en el matrimonio y el amor que se vuelve fecundo», e invitó a leerlos sin ceder a la tentación de saltar a los «capítulos calientes».
Subrayó asimismo dos palabras clave: «discernir» y «acompañar», que «no son solo para las situaciones irregulares, sino para todos los matrimonios y familias, porque todas están en camino y tienen necesidad de discernimiento y acompañamiento», con lo que «se supera esta división entre familias regulares e irregulares». Así, una clave de lectura es «la experiencia de nuestra pobreza y de la fragilidad» a la hora de amar.
Para el cardenal Schönborn, el texto «no cede al relativismo o al permisivismo en nombre de la misericordia. Esta Exhortación no favorece el laxismo. La misericordia propia de Jesús es exigente también». El Papa «es un pedagogo, que subraya la motivación para el amor en el matrimonio y la familia».
El texto hace «un autocrítica necesaria», porque «el matrimonio no es un ideal abstracto lejano de las situaciones concretas, de los matrimonios así como son. Esta idealización excesiva rechaza la confianza en la gracia y no hace el matrimonio atrayente». Pero este «sobrio realismo no aleja del ideal, sino al contrario». El Papa alerta acerca de la posibilidad «del rigorismo que aplica normas que se lanzan como piedras contra la vida de las personas, pero tampoco debe la Iglesia renunciar al proyecto de Dios sobre el matrimonio». Y citando explícitamente el acceso a los sacramentos de las personas en situación irregular, el cardenal ha explicado que «el Papa pide discernir bien cada situación basándose en el número 84 de la Familiaris consortio».
Un documento aprendido de las familias
El matrimonio formado por Francesco Miano, Docente de Filosofía Moral en la Universidad de Estudios de Roma Tor Vergata y Giuseppina De Simone, Docente de Filosofía en la Facultad Teológica de Italia Meridional de Nápoles afirmó que Amoris laetitia «es un texto magisterial que nos lleva a lo esencial, con un lenguaje directo y sencillo, para todos. No es un texto para expertos, sino abierto a la vida, para todos nosotros, que somos parte de una familia. El que lo lee puede percibir que el Papa habla de él. En estas páginas tenemos la escucha que permiten conocer las situaciones que conforman la vida de cada familia. La gramática de las relaciones es lo que se refleja en ella, con mucha sabiduría. Algo que la Iglesia no impone desde arriba, sino que aprende de las familias».
Para consultar la exhortación apostólica La alegría del amor en castellano pinche AQUÍ.