Alta costura contra la trata de mujeres
Un grupo de mujeres supervivientes que trabajan en el taller de costura APRAMP protagoniza la pasarela de la Madrid Fashion Week tras confeccionar una colección diseñada por Ulises Mérida. Lo recaudado por la venta de las piezas redundará en la asociación
«Me vendieron en tu perfecto primer mundo. Fui mercancía barata, mercancía manoseada. Deshilacharon mi vida, mi libertad quedó hecha jirones. Me destruyeron y me he remendado. Estoy zurciendo mi vida a duras penas porque permites que sean mis manos las que sientan tu cuerpo. Vistiéndote puedo empezar a hilvanar mi libertad». Con estas frases —solo son algunas— que escribió la periodista Nieves Concostrina locutadas por Carmen Machi en un videoarte de Pedro Chamizo comenzó, el pasado sábado en la Madrid Fashion Week, el desfile de la colección Libre ante la atenta mirada de varios ministros del Gobierno —Carmen Calvo, Fernando Grande-Marlaska e Irene Montero— y representantes regionales y locales de Madrid —Enrique Ruiz Escudero y Begoña Villacís—, entre otras autoridades. 70 piezas diseñadas por Ulises Mérida y confeccionadas por las doce mujeres que trabajan el taller de costura de APRAMP. Doce mujeres que en su día fueron rescatadas por esta asociación que lucha contra la trata –la gran mayoría para fines de explotación sexual–, y a las que ha acompañado de forma integral hasta lograr su inserción laboral.
Janette, de Venezuela, es una de ellas. Lleva siete años con APRAMP. Siete años libre de la esclavitud, en su caso, laboral. Se ve reflejada en el vídeo, porque «todo lo que relata es la pura verdad». Está emocionada y no lo oculta cuando conversa por teléfono con Alfa y Omega: «Nunca habría podido imaginar, tras venir aquí y pasar lo que pasé, este salto tan grande y estar en un evento así». Para ella no ha sido una novedad trabajar con Ulises Mérida, pues hace tres años hizo prácticas en el taller del diseñador. Además, este colaboró con la asociación y las chicas en la elaboración de mascarillas para el hospital de IFEMA y otros lugares en los peores momentos de la pandemia. Hicieron 10.000. Algunas de ellas las pudieron comercializar para conseguir fondos para sus actividades.
La venta de las prendas de la colección Libre, que se ha realizado con telas donadas por empresas como El Corte Inglés o Mirto, también contribuirá a ello, pues todo lo que se recaude redundará en las víctimas de trata para próximos proyectos. «Me sentía más cómodo haciendo este trabajo ahora mismo. Necesitaba una argumentación más solidaria. Las chicas me han ayudado un montón. Si me hubiese puesto a hacer una colección comercial para venderla no me habría salido», confiesa Ulises Mérida a Alfa y Omega.
piezas forman la colección fruto de la colaboración entre APRAMP y el diseñador UIises Mérida
mujeres forman parte del taller de costura de APRAMP
Asegura que el trabajo de las mujeres del taller de APRAMP no tiene nada que envidiar al de otras piezas de la pasarela madrileña. Y no lo dice solo él. Lo ha escuchado de boca de varias personas de la organización que habían podido ver todas las colecciones. «Su nivel de costura es de primera división. Ha sido muy fácil trabajar con ellas», constata.
Mérida recuerda que lo que se ha podido ver el pasado fin de semana sobre una pasarela «solo es la punta del iceberg» del trabajo de la asociación con las víctimas de trata, y además, «es la parte más bonita». Pero antes de eso ha habido un rescate, una acogida, una formación básica y luego una formación para el empleo, en este caso de costura. Por eso es importante darles visibilidad y por eso salió con ellas a la pasarela al concluir el desfile. «Detrás de cada prenda hay unas manos, hay vida», explica.
Conocer a las mujeres
Rocío Mora, directora de APRAMP, explica que, aunque es la primera vez que participan en la Madrid Fashion Week, llevan tiempo colaborando con diseñadores de la Comunidad de Madrid. Algunos más conocidos y otros que están empezando. Se trata, afirma, de «remarcar que la moda transforma vidas y da libertad a muchas mujeres». Por eso, desde esta asociación se ha hecho un esfuerzo, también económico, para estar presente en la cita más importante de la moda en España y para que estas mujeres sepan que pueden, sirvan de ejemplo a otras y se presenten al público. «La sociedad tiene que conocerlas, saber que tienen nombre, apellidos y nacionalidad, y que han salido de una situación durísima», añade.
«APRAMP es mi familia. Me tendieron la mano cuando más lo necesitaba. Estoy muy contenta y agradecida», concluye Janette, que devuelve lo recibido colaborando como mediadora de la asociación. Ella acude regularmente a los lugares donde están las mujeres prostituidas para atenderlas. No han parado de hacerlo, incluso durante el confinamiento. El objetivo es la libertad.