Alpha los unió después de siete años separados - Alfa y Omega

Alpha los unió después de siete años separados

Juan Pablo y Anabela se reconciliaron después de hacer un curso Alpha. «Nos encontramos con una Iglesia viva y con el del amor de Dios que nos ama a pesar de nuestros errores», recuerdan

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
La familia Weigand al completo
La familia Weigand al completo. Foto cedida por Juan Pablo Weigand.

«A nosotros nos pasó lo mismo que a muchas parejas, que perdimos de vista nuestra relación por los agobios diarios. Después de trabajar todo el día y no pasar tiempo juntos, empezamos a discutir por cualquier cosa», afirma Juan Pablo Weigand. Él y su mujer, Anabela, son los protagonistas de una historia de amor y conversión que han contado en el libro Té para tres.

Ambos llegaron de Argentina en el año 2002, al principio como amigos, pero después de una relación de amistad y de un noviazgo acabaron casándose por lo civil en el año 2003. A los dos años tuvieron su primera hija, y a los cuatro años vino el segundo.

«A partir de ahí empezó a ir la cosa mal entre nosotros –recuerda–, por lo que decidimos separarnos en el año 2014». Juan Pablo comenzó otra relación con otra mujer que duró cuatro años, al cabo de los cuales volvió al pueblo donde vivían su exmujer y sus hijos.

«Allí cambió todo, porque mi hija, que estaba haciendo la catequesis de Confirmación, me dijo un día que no creía en Dios. Eso me sorprendió y fui a hablar con las catequistas. Yo fui para quejarme, porque en el fondo del corazón yo tenía mi fe», afirma Juan Pablo.

Una de aquellas mujeres empezó a hablarle de Dios y del Espíritu Santo, «cosas que tenía un poco olvidadas». A aquellas conversaciones se sumaba a veces Anabela, hasta que un día aquella mujer les invitó a hacer un curso Alpha. «Lo curioso es que ambos pensábamos que íbamos para acompañar al otro, pero el caso es que nos gustó y nos quedamos. Aprendimos que la Iglesia es otra cosa, no solo lo que se suele pensar o ver en las noticias. El mensaje que recibimos fue simplemente el del amor de Dios que nos ama a pesar de nuestros errores. Nos encontramos con una Iglesia viva que incluye a todos», recuerda.

En ese proceso, que duró varios meses, hubo ratos «de hablar mucho y llorar juntos», y también apareció el perdón, «que es básico, porque sin perdón no hay amor. Todo eso nos fue curando y cosiendo nuestras heridas».

El matrimonio en una presentación de su libro en la radio. Foto: COPE.

Así, después de siete años, se decidieron a volver a vivir juntos. Pero aquella persona que tanto influyó en su conversión les hizo una nueva invitación, esta vez a casarse por la Iglesia. «Nos miramos y nos dijimos: “¿Por qué no?”. Si Dios nos unió de nuevo, por qué no seguir por ese camino», dice él.

Contrajeron matrimonio en una parroquia de Tudela, en Navarra, donde participaron tiempo atrás en el curso Alpha, en plena pandemia y con el equipo de evangelización como testigos del enlace. Era el 24 de abril de 2021 y sus hijos, que habían asistido con asombro a la sanación de la relación de sus padres, fueron los que entregaron las alianzas y las arras durante la ceremonia. «Fue un día muy bonito y lindo, en el que lloramos todos», ríe Juan Pablo, que desvela por cierto que su hija acabó recibiendo la Confirmación y ahora es una joven con fe. «Yo creo que aquello fue un toque de Dios para llamarme de nuevo a su camino», concluye.