Alex Roca: «La mayor discapacidad de todas es el miedo»

¿Qué se le pasó por la cabeza cuando cruzó la meta?
Me estuve preparando para ese momento durante un año. Todo ese trabajo realizado fue el que me ayudó a poder cruzar la línea de meta y, cuando lo hice, se me amontonaron en la cabeza un montón de recuerdos de mi vida. Todo lo que había sufrido, todas las veces que me habían dicho que no. Y también me acordé de mi abuelo, que es la persona que me enseñó a andar.

¿Cómo sienta ser la primera persona del mundo con una discapacidad severa que logra terminar una maratón?
Me siento muy orgulloso. Pero, sobre todo, por poder ser un modelo, un referente para todas aquellas personas que creen que no pueden con algo porque tienen una gran discapacidad como la mía. Si mezclas fuerza de voluntad, actitud, ganas y trabajo en equipo, los imposibles no existen.

¿Por qué hizo la maratón? ¿Cuál es el mensaje que ha querido transmitir con esta gesta?
Pienso que todas las personas del mundo tenemos una discapacidad, porque todas tenemos cosas que no sabemos o que no nos atrevemos a hacer. En mi caso, tengo una discapacidad grande, pero la mayor discapacidad de todas es el miedo. Lo que quería, simplemente, era que la gente se animara a hacer frente a todas aquellas cosas que les asustan. Buscaba que la gente pensara algo así: “Si este chico lo intenta a pesar de sus muchas limitaciones, ¿por qué yo no voy a hacer esto que me da miedo hacer?”. Bueno, y también lo hice porque me encanta correr.

El límite se lo pone usted.
Exacto, ese es el lema que me ha acompañado muy de cerca a lo largo de toda mi vida. En casa siempre hemos tenido esta filosofía y me ha venido muy bien.

Sin embargo, le querían poner todos los límites del mundo. Creo que los médicos le llegaron a augurar un futuro muy negro.
La verdad es que sí. Los médicos me dijeron que podía morir o quedarme toda la vida tirado en una cama y, recientemente, he terminado una maratón. De todas formas, los médicos, igual que todos, se pueden equivocar. Y, en este caso, me alegro de que se equivocaran. También hay que decir que me dieron una medicación que, como te decía, me podía matar o dejarme tirado para siempre en una cama, pero lo que ocurrió es que reaccioné bien y las afectaciones no fueron tan grandes como esperaban. Por lo tanto, gracias a ellos estoy vivo.

Antes hablaba de su abuelo. ¿Qué papel ha tenido él en toda esta historia?
Ha sido una persona fundamental en mi vida, la que más me conocía y más me ha impulsado. Confiaba mucho en mí, me apoyaba en los momentos duros y siempre tenía una buena palabra para decirme. No solo me enseñó a andar o a conducir; sobre todo me enseñó a creer en mí y a ser una persona ambiciosa.

He leído que es usted creyente. ¿De dónde le viene la fe?
Sí, creo en Dios. Él es un apoyo muy importante para mí. La fe me viene de mi infancia, de casa.

¿Qué supone para usted la vida y qué le diría a todas aquellas personas que la ven medio vacía?
Creo que la vida es un regalo, esta es una frase muy mía. Y a los que la ven medio vacía, les diría que solo tenemos una y que exploren en su interior todo lo que bueno que tienen. Pero lejos de mí juzgar a nadie. Hay gente que, por distintas circunstancias, no ven la belleza que tiene la vida.

La ve medio llena, pero imagino que tendrá los mismos problemas que todos. ¿Es posible ser feliz en medio de las dificultades?
Por supuesto. Yo tengo momentos de todo tipo, buenos y malos. Ahora mismo, por ejemplo, estoy en la cama con un resfriado enorme. Puede parecer poca cosa, pero como tengo parálisis bucal, no soy capaz de sacar la mucosidad de mi boca y me encuentro mal. A parte de esto, lógicamente, hay días de bajón en los que siento que no puedo. ¿Cómo los supero? Pues de forma resiliente. Miro las caídas que he tenido a lo largo de mi vida, cómo las he superado, y me convenzo de que en esta ocasión es igual y que el día de mañana será mejor. Y siempre intento sonreír, porque es gratis y a mí me encanta.

¿Cómo conoció a su mujer? ¿Qué supone ella para usted?
La conocí dando una conferencia. Ella estaba en primera fila y por la noche me escribió por Facebook para decirme que le había gustado mucho la charla y, sobre todo, mi forma de vivir. Siempre había pensado que nadie se fijaría en mí y tenía miedo de nunca tener pareja. Pero mira, ahora estamos casados y ella es mi voz, mi vida y una de las personas que más confía en mí.