Francisco ante 400 tumbas de aliados: «Uno vence, pero siempre está la derrota del precio pagado»
En el día de Todos los Fieles Difuntos, Francisco ha depositado un ramo de rosas blancas a los pies de la tumba de un soldado galés
«La celebración de un día como hoy nos trae memoria de quienes nos han precedido, recorrido la vida y la han concluido, tanta gente que nos ha hecho bien», ha dicho el Papa durante una Misa por la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos en el cementerio de caídos en la Segunda Guerra Mundial de la Commonwealth. «Y también memoria de quienes no han conseguido hacer tanto bien pero han sido recibidos en la memoria y misericordia de Dios», ha añadido.
Francisco ha subrayado que el día de Todos los Fieles Difuntos es una señal de esperanza. «Caminamos hacia un encuentro con el Señor y con todos», ha señalado. A su juicio, la esperanza «es la virtud diaria que nos lleva adelante, nos ayuda a resolver los problemas y buscar vías de salida». Incluso ha llegado a definir esta virtud teologal como «la de la cocina» porque «está al alcance de la mano y siempre acude en nuestra ayuda».
400 caídos de entre 20 y 30 años
El Papa ha hecho hincapié en la corta edad de los más de 400 soldados enterrados en este cementerio dedicado a quienes lucharon para liberar Italia del nazismo. «La mayoría tenía entre 20 y 30 años: vidas truncadas, sin futuro». Ha reflexionado sobre lo duro que debió de ser para sus padres recibir una carta que les dijera: «Señora, tengo el honor de decirle que su hijo es un héroe». «Sí, un héroe, ¡pero me lo han quitado!», ha ironizado Francisco.
Ha lamentado además que esas situaciones sigan generándose hoy, con sus últimas manifestaciones en Ucrania, Israel y Palestina, Yemen o Myanmar. «En las guerras del mundo, en las que están cerca a nosotros, en las europeas y en las de fuera… ¡cuántos muertos! Se destruye la vida sin tener conciencia».
Al final de su homilía, Francisco ha denunciado que «las guerras son siempre una derrota». «No existe una victoria total. Uno vence sobre otro, pero detrás siempre está la derrota del precio que ha pagado», ha advertido. Y ha concluido pidiendo que «el Señor tenga piedad de nosotros, nos dé la esperanza para andar y que todos nos podemos encontrar con Él cuando nos llame». Después ha caminado entre las tumbas y depositado un ramo de rosas blancas a los pies de la tumba de W. Perkins, un soldado de la guardia galesa que falleció con 28 años el 13 de junio de 1944.
Estas visitas del Papa a cementerios militares en el día de Todos los Difuntos son una de las señas de identidad de su pontificado. Fue especialmente sonada la que celebró en 2017, cuando acudió al cementerio americano de Nettuno, donde se produjo el desembarco aliado más importante en Italia durante la Segunda Guerra Mundial.