Alberto, premonitor en los campamentos de Cáritas: «Los niños llegan con diversas preocupaciones»
Alberto tiene 18 años y ha decidido que este verano no lo va a pasar jugando a algún videojuego o sentado en un banco de la calle. Es voluntario en Cáritas Diocesana de Madrid porque ha realizado el Curso de Premonitor de Ocio y Tiempo Libre, y eso le ha abierto la puerta a apoyar al equipo de monitores de uno de los campamentos urbanos que Cáritas ha montado este verano para ofrecer un entorno divertido y seguro a los niños de Usera, Villaverde y Orcasitas en el colegio de los salesianos de Atocha. Alberto se ha convertido en el mejor referente para los menores que acuden allí porque es un chico de su barrio, de Orcasitas, que ha dejado atrás las malas notas del instituto para obtener las mejores calificaciones como premonitor.
¿Por qué un chico de 18 años decide pasar el verano trabajando?
Porque en el campamento me lo paso mejor y aprendo muchas cosas.
¿Qué aprendes?
Aprendo de los monitores a jugar con los niños, a enseñarles cosas y a escucharlos. También se aprende mucho de los niños. Cada uno tiene su forma de ser. Ellos me han enseñado que no todos somos iguales, y que los niños tampoco lo son. Cada uno tiene sus problemas y vive una realidad diferente en su casa. Aquí llegan con diversas preocupaciones y sentimientos, y siempre acaban soltándolos. He aprendido a tratar con cada uno de una manera distinta.
¿Quién te habló de los campamentos de Cáritas y te dijo que, aun siendo menor de 18 años, podías participar en ellos?
Voy desde los 6 años a la parroquia de San Bartolomé, en Orcasitas. Desde pequeño veía el campamento urbano que se organizaba allí a final de curso y me encantaba ver a los monitores. Cuando cumplí los 13 años ya estaba ayudándolos a organizar algunos juegos y actividades. A los 15, el párroco de San Bartolomé y el vicario de la Vicaría V me dijeron que tenían una propuesta para mí: hacer el Curso de Premonitor de Ocio y Tiempo Libre de Cáritas Diocesana de Madrid y ayudarlos en las actividades con menores que hacen durante todo el año. En el curso he aprendido las funciones básicas de un monitor, a desenvolverme en todas las situaciones con niños, a realizar dinámicas de grupo y juegos, a escuchar sus preocupaciones y a detectar conflictos.
¿Qué han significado la parroquia y Cáritas en tu vida?
Yo he nacido en una familia cristiana, mi madre es catequista. Mi hermano, que es mayor, iba a catequesis de Comunión y yo a veces escuchaba las catequesis de mi madre y, otras, jugaba con amigos. Así empezamos a organizar juegos para los chavales más pequeños y nos divertíamos todos juntos.
Y ahora, ¿a qué vas a la parroquia?
Durante todo el año voy para apoyar a los monitores del Centro Educacional del Menor de Orcasitas. El campamento de verano es el broche final a todo un año con ellos. Este año lo han organizado en el colegio de los salesianos, en Atocha, con niños de Usera, Villaverde y Orcasitas, y está muy bien porque son niños y niñas de mi barrio y de los barrios vecinos. Aquí vengo de lunes a sábado, todo el día, y me encanta.
¿Se lo recomendarías a tus amigos?
Sí, claro. Ya lo he hecho y alguno se ha enganchado. Yo les digo que se vengan, que lo van a pasar muy bien y van a aprender muchas cosas.
¿Crees que te servirá de algo en el futuro?
El curso que viene quiero acabar la ESO para sacarme el título de Monitor de Tiempo Libre, que además es un título que imparte el Centro de Estudios Sociales de Cáritas Diocesana Madrid. Y, más adelante, sacarme el de coordinador para organizar campamentos de niños.