Pocos días después de su Viaje a España, Benedicto XVI ha comenzado a sacar conclusiones. Para que la Iglesia pueda comunicar hoy la belleza de la fe a quienes, sobre todo en la vieja Europa, quieren dar la espalda a su historia, necesita encontrar nuevos lenguajes. Y no hay mejor lenguaje que el testimonio: El corazón habla al corazón, proclamaba el lema de su viaje al Reino Unido.
Benedicto XVI se reunió el 13 de noviembre pasado con los participantes en la Asamblea plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura, presidido por el arzobispo Gianfranco Ravasi, que será creado cardenal este sábado. La Plenaria ha estado dedicada al tema Cultura de la comunión y nuevos lenguajes.
En el análisis que ofreció a los participantes, entre los que había exponentes del mundo de la cultura, el cine y otras artes, el Papa confesó que, de su viaje a España, sacó dos lecciones claras. Por una parte, recordando la consagración de la Sagrada Familia, mostró cómo esa obra «ha conjugado genialmente el sentido de lo sagrado y de la liturgia, con formas artísticas sumamente modernas y en sintonía con las mejores tradiciones arquitectónicas». Además de esto, Benedicto XVI añadió que, aún «más incisiva que el arte y la imagen en la comunicación del mensaje evangélico, es la belleza de la vida cristiana. Al final, sólo el amor es digno de fe y resulta creíble. La vida de los santos, de los mártires, muestra una singular belleza que fascina y atrae, pues una vida cristiana vivida en plenitud habla sin palabras. Tenemos necesidad de hombres que hablen con su vida, que sepan comunicar el Evangelio con claridad y valentía, con la transparencia de las acciones, con la pasión gozosa de la caridad». El Papa llegó a esta misma conclusión en su peregrinación a Santiago de Compostela, donde, según dijo, pudo admirar, «en miles de personas, sobre todo jóvenes, la fuerza involucrante del testimonio, la alegría de ponerse en camino hacia la verdad y la belleza».
Un problema preocupante
Más allá de la evaluación de su Visita, el Santo Padre realizó un contundente análisis de la situación de la Iglesia: «Los pastores y los fieles experimentan con preocupación algunas dificultades en la comunicación del mensaje evangélico y en la transmisión de la fe, dentro de la misma comunidad eclesial». El Papa no sólo reconoció la existencia de esta preocupación a la hora de proclamar el Evangelio dentro de la Iglesia, sino que aseguró que «los problemas parecen aumentar cuando la Iglesia se dirige a los hombres y a las mujeres alejados o indiferentes a una experiencia de fe, a los que el mensaje evangélico llega de manera poco eficaz y entusiasmante». Y no es un problema menor, pues, según denunció, «la incapacidad del lenguaje para comunicar el sentido profundo y la belleza de la experiencia de fe puede contribuir a la indiferencia de muchos, sobre todo jóvenes; puede convertirse en motivo de alejamiento».
Madrid, pionera del diálogo
Con esas personas alejadas, el Papa anima a buscar el diálogo directo, y por eso ha aplaudido la creación de el Patio de los gentiles, iniciativa del Consejo Pontificio de la Cultura. El Patio será un lugar llamado a servir de encuentro y de compromiso por la verdad y el bien común. En esa iniciativa, según ha podido saber este semanario, la ciudad de Madrid será pionera, antes que otras, como Bolonia o París. Se quiere organizar un debate entre el ya cardenal Ravasi y algún intelectual del ámbito no creyente, a finales de enero, y se está buscando al interlocutor más representativo. Ese debate irá acompañado de la celebración de diversos actos culturales.
Y para animar a salir al encuentro de esas personas más alejadas, el Consejo Pontificio de la Cultura da ejemplo, y ha organizado una Asamblea plenaria sin precedentes, en la que intervienen sus miembros, pero también directores de cine, artistas, arquitectos, lingüistas, especialistas en Internet… La apertura tuvo lugar en el Capitolio de Roma, y no en el Vaticano como es habitual. Además, contó con la participación del alcalde de la ciudad, Gianni Alemanno, y de exponentes europeos de la cultura.
El medio es el mensaje
El inminente cardenal Ravasi ha comentado lo que decía el considerado padre de la comunicación moderna, Marshall McLuhan, el medio es el mensaje; en la Iglesia, «el contenido es lo primero», pero «el medio, por desgracia, muchas veces se ha perdido». Y añadió que «se ha usado un lenguaje y una manera expresiva, por parte de la sociedad contemporánea, que no han sido recogidos por la Iglesia», que no ha renovado su lenguaje», lamentó.
Una de las necesidades fundamentales para lograr esa renovación es la formación de los pastores de la Iglesia. «La necesidad de encontrar un lenguaje más capaz de sintonizar con la cultura y con el hombre de hoy es indispensable», declaró. Eso sí, esto sin olvidar «que existe un lenguaje fundamental de referencia, del cual no se puede prescindir: hay palabras que deben conservarse», concluyó.