Advertencia de la diócesis de Managua a Daniel Ortega: «A base de miedo no se construye una nación»
La profanación de tumbas de jóvenes opositores es la última estrategia de los grupos orteguistas
«Así no se construye una nación, a base de miedo y de presiones». Es el reproche de la Iglesia de Managua al Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. A través de la Comisión de Justicia y Paz, la principal diócesis de Nicaragua sale al paso de la última oleada represiva, con las profanaciones en los últimos días de tumbas de manifestantes opositores, víctimas de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
«Tenemos que respetar nuestras tumbas porque allí descansa un santo», decía el domingo el cardenal Leopoldo Brenes, tras aparecer por segunda vez en pocos días una tumba vandalizada, la de Josué Mojica, asesinado el 8 de julio de 2018 en el departamento de Crazo. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha exhortado al gobierno a atajar estos actos de persecución y revictimización a los familiares de jóvenes opositores fallecidos, cometidos por grupos orteguistas con la complicidad del ejército y la policía.
Apelación al diálogo, pese a todo
Esta crisis política –denuncia la archidiócesis de Managua– «ha venido agravar la situación de una sociedad empobrecida empujada a la miseria». Los nicaragüenses han perdido «el derecho a vivir dignamente», a tener un empleo o a recibir los servicios básicos de salud y elemental, todo lo cual se refleja de forma muy gráfica en «los semáforos de nuestra capital, convertidos en fuente de empleo para niños, ancianos y enfermos».
Ante esta situación se reitera la petición de «crear un ambiente de confianza, justicia, libertad de expresión para conocer las críticas constructivas de amplios sectores de la sociedad», desde el reconocimiento de «la independencia de los poderes del Estado para evitar la concentración del poder».
A pesar de las duras críticas en los últimos años a la deriva autoritaria del Gobierno, desde la Iglesia, sin embargo, no cesan las apelaciones al diálogo. Hace unas semanas, el cardenal Brenes apelaba a esta vía como única vía «para solucionar todos nuestros problemas» y «romper los muros que nos distancian de nuestros hermanos».