Abusos en la Iglesia en España: 927 víctimas y 728 agresores en 80 años
La Conferencia Episcopal Española presenta su primer informe sobre abusos con los casos recibidos por las oficinas diocesanas y de las congregaciones religiosas
La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha presentado este jueves su primer informe sobre abusos, titulado Para dar luz, que compendia los casos conocidos a través de las oficinas de protección de menores hasta la fecha. En total, recoge testimonios de 927 víctimas sobre 728 victimarios.
En concreto, la mayoría de los agresores son hombres (99 %), sacerdotes (52 %) y ya han fallecido (63,6 %). Entre ellos, 170 son presbíteros diocesanos, 208 clérigos consagrados, 234 religiosos no ordenados sacerdotes y religiosas, 92 laicos y un diácono. En 23 casos no se pudieron identificar.
«Quienes creen que 728 casos no son muchos, se equivocan. Todos estos casos son muchos casos. Cada uno es una tragedia para la víctima, para la familia, su entorno y para toda la Iglesia», ha afirmado Josetxo Vera, director de la Oficina de Información de la CEE, encargado de presentar el informe durante la jornada Protección de menores: seguimos caminando, en la que, además, se han dado a conocer el protocolo marco de actuación y la instrucción sobre este tema aprobada por los obispos en la última Asamblea Plenaria.
La mayor parte de las víctimas también son varones (82,62 %). En cuanto a la fecha en la que se cometieron los abusos, más del 80 % se produjeron en el siglo XX, el 75 % antes de 1990. 94 se han dado desde 2010 hasta la actualidad. Según Vera, en los últimos años se ha producido un repunte de casos, una circunstancia que achaca a la mayor conciencia social y a que se denuncia más. También he recordado que las cifras a nivel social también están aumentando.
Si nos atenemos al lugar, el ámbito escolar es el más recurrente (46,96 %), seguido del parroquial (15,79 %), seminarios, escolanías o internados (14,57 %).
de los agresores son hombres. Solo hay cinco mujeres. Además, el 52 % son sacerdotes y el 63,6 % ya ha fallecido.
De todos los testimonios, 283 se recogieron en las oficinas diocesanas, mientras que 445 en las de las congregaciones religiosas. Ni en nueve diócesis ni en 69 congregaciones se recibió comunicación alguna.
El informe recoge, además de los casos, los protocolos y legislación vigente en la Iglesia, así como el trabajo que están realizando las oficinas de protección de menores. Toda esta información es la que el presidente de la CEE, Juan José Omella, entregó el pasado mes de marzo al Defensor del Pueblo.
Dolor y vergüenza
«Esta no es una jornada de autocomplacencia. Partimos de que miembros de Esta Iglesia han dañado a miembros de la Iglesia o de la sociedad. Sentimos dolor y vergüenza. Este dolor y esta vergüenza solo serán fecundo si sirven para realizar los cambios profundos para proteger a los mejores y apartar a los victimarios. Es nuestro compromiso como Iglesia católica», ha dicho César García Magán, secretario general y portavoz de la CEE, durante la presentación del acto.
En este sentido, el también obispo auxiliar de Toledo ha recordado que el evento debe servir para ser conscientes de los pasos que se han dado y el camino que queda por hacer, «una oportunidad para servir mejor a la sociedad en la que vivimos». En el salón de actos del edificio que acoge la labor editorial de la CEE, en Madrid, también había representantes de numerosas diócesis, congregaciones religiosas, otras confesiones cristianas, autoridades civiles y víctimas.
«Podemos decir que, como Iglesia, somos un pueblo avergonzado, pero esperanzado. No nos cansaremos de pedir perdón. No nos cansaremos de atender a las personas que sufren esta lacra en cualquier lugar, ni nos cansaremos de poner los medios para que la Iglesia siga siendo un lugar seguro para niños y jóvenes y ofrecer esa experiencia a toda la sociedad», ha subrayado García Magán.
Por su parte, Jesús Rodríguez Torrente, responsable del Servicio de Coordinación y Asesoramiento de las Oficinas de Protección de Menores de la CEE, ha recordado que la sociedad tiene un problema con los menores y necesita trabajar en la detección precoz de los abusos.