Más tiempo y dinero para ayudar a otros
Hay 8.000 voluntarios más que el año pasado en las Cáritas diocesanas. Las aportaciones particulares han aumentado 24 millones de euros, y la institución ha podido destinar, durante el curso pasado, cerca de 300 millones de euros para sostener un país que, en su estructura social, se resquebraja. Es la Iglesia quien lo hace. Lo dicen los datos de la Memoria 2013 de Cáritas Española, presentada el pasado lunes en Madrid
Paqui Muñoz lleva cuatro años viviendo en Madrid. Se mudó desde Mérida, después de que su marido y su hijo falleciesen en un incendio. «Mi vida dio un giro de 360 grados después de aquel día fatídico. Necesitaba empezar desde cero, comenzar a vivir de nuevo. Y busqué algo que me diese alegría», explica. Una amiga le habló de un hogar para mujeres gestantes con hijos menores que necesitaba ayuda. «No me lo pensé: llamé a su puerta…, y hasta hoy». Paqui, que lleva los cuatro años de estancia en Madrid como voluntaria en el Hogar Santa Bárbara, de Cáritas Madrid, reconoce lo feliz que le hace ayudar a las chicas: «Me encanta cocinar, y cada vez que voy, las hago lentejas, arroz…, lo que haya. Como muchas son de otros países, vienen a que les explique cómo se hacen las recetas. Y las trato como a mis hijas: hablamos de sus miedos y esperanzas, les doy algún consejillo…». Son una familia. Tanto es así, que Paqui es la madrina de Jorge, el hijo de una de las chicas: «Hasta se viene conmigo al pueblo en verano». Para la voluntaria, «estar en el hogar me ha hecho conocer historias tan duras o más que la mía. Y eso me ha ayudado mucho. Porque yo tengo un dolor muy grande, pero cuando conoces las vidas con tanta necesidad que nos rodean…, te cambia la perspectiva».
Armando Castañeda es un hombre jubilado, voluntario en la residencia Fundación Santa Lucía, de Cáritas Madrid. Su trabajo no es otro que acompañar: «Voy todos los días, y me pongo a disposición de las enfermeras. Suelo llevar al médico a los ancianos: pido cita, los acompaño en el autobús, en el metro, en el taxi o en la ambulancia. Lo que sea. Para que no se sientan solos». Armando sostiene que, sus días, son «para hacer la vida más agradable a otros. Y oye, me devuelven mucho más de lo que les doy».
Es una frase que se repite: «Recibes más de lo que das». Paqui, Armando, y los 78.017 voluntarios repartidos por todas las Cáritas diocesanas de España son unos grandes embajadores de la caridad. Por eso, este año 2013, según los datos que muestra la Memoria 2013 de la institución, los voluntarios han aumentado un 10 % respecto a 2012 -unos 8.000 más-. Una subida que continúa con la estela de los últimos 5 años, en los que se ha incrementado el número en un 30 %. Ya lo dicen los miembros de Cáritas: «Nuestro principal capital son las personas voluntarias que desarrollan su compromiso desde las comunidades parroquiales y los proyectos especializados. Son signo y muestra elocuente del valor de la gratuidad y de entrega fraterna de la comunidad cristiana».
Lo que vale un billete de 20
Nuestro país es caritativo. Y no es una afirmación para promocionar la marca España, sino una constatación avalada por los datos. En Cáritas Española, durante el año 2013, las aportaciones privadas han aumentado, desde 2012, en 24,9 millones de euros. El dinero que llega de los particulares hace un total de 218 millones de euros, un 74,92 % . «Y no llega en forma de grandes aportaciones, sino de personas que hacen una donación mensual de 10, 20 ó 50 euros», sostiene el Secretario General de la institución, don Sebastián Mora, durante la rueda de prensa de presentación de la Memoria. Eso sí, los fondos públicos disminuyen: «Es el más bajo de los últimos 5 años. Sobre todo, han bajado las aportaciones locales y autonómicas», reconoce Mora. En total, este año hay 73 millones de euros que llegan desde subvenciones y aportaciones públicas.
Pero, como sostiene el Secretario General, «nuestro afán no es atender a todas las personas que pasan necesidad», porque, de hecho, están desbordados. Sino que «nuestro objetivo es que haya políticas sociales que puedan crear una estructura de ayuda en este país». Y volvió a referirse, como lleva haciendo años, a la necesidad de «una renta mínima para los 740.000 hogares sin ningún ingreso que existen en España». Según datos de Eurostat, este país está a la cabeza en desigualdad social. Los pobres, cada vez son más pobres, y los ricos, más ricos. «Esta fractura en la sociedad se está cebando, sobre todo, con las familias numerosas», señala don Sebastián Mora.
Más atención, menos gastos
Sólo en 2013, se ha atendido a un total de 2 millones y medio de personas en territorio nacional. Para poder aprovechar al máximo los recursos, don Rafael del Río, Presidente de Cáritas Española, recalca que los gatos de gestión se han reducido a la mínima expresión: «De cada euro invertido en 2013, se destinan 5,98 céntimos a este tipo de gastos». Así, Cáritas ha podido destinar casi 300 millones de euros a los cientos de proyectos, que, este año, destacan, decía Mora, por su creatividad: hay economatos, hay huertos solidarios, hay casas de acogida, hay centros de atención a personas sin hogar…, hay todo lo que nuestra sociedad puede necesitar. Ya lo dice Paqui: «Cáritas da de más. Hace de más».
No se olvidan de quienes sufren fuera de nuestras fronteras. «No podemos dejar de tomar conciencia que hay un mundo que está roto, que está sufriendo», denunció Mora, refiriéndose, especialmente, a los cristianos de Oriente Medio. «No podemos olvidarles en estos momentos de persecución y muerte en Siria e Irak».
Ya lo dijo monseñor Atilano Rodríguez, obispo responsable de Cáritas, en la presentación de la Memoria: «El Papa nos recuerda que el anuncio el Evangelio no es sólo la transmisión de la Buena Noticia a los demás, sino que lleva íntimamente unido el anuncio de la caridad». En esto se afana Cáritas, día a día.