El diagnóstico prenatal «se hace de forma sesgada, invitando a abortar» si hay anomalías
Hay una tendencia creciente entre los ginecólogos, apoyada por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, a realizar el diagnóstico prenatal pensando únicamente en el aborto, y a presionar a los padres para que elijan esta opción si se diagnostica algún problema. Lo ha denunciado, por unanimidad, el Comité de Bioética de España. Lo explica a Alfa y Omega uno de sus miembros, el catedrático de genética Nicolás Jouve
El Comité de Bioética de España ha aprobado por unanimidad un informe sobre el consejo genético prenatal en el que denuncia que «muchos ginecólogos se mueven en un contexto en el que parecen inseparables y equivalentes el uso del diagnóstico prenatal con fines terapéuticos o abortivos, con una tendencia creciente hacia esta última opción». Por eso, en sus recomendaciones finales, pide que «ante la eventual detección durante el embarazo de una alteración genética», se informe a los padres de todas las opciones «sin ningún tipo de presiones, ni de recomendaciones debidas a opciones personales del asesor».
La decisión de elaborar este informe nació -cuenta el propio texto- de la preocupación de algunos miembros debida a «que el cribado genético se estaba, en algunos casos, encaminando no tanto al diagnóstico y posible tratamiento de determinadas enfermedades genéticas en el periodo de desarrollo embrionario, sino a facilitar y orientar a los padres hacia la interrupción del embarazo».
En febrero de 2013 se puso en marcha un grupo de trabajo que vio su iniciativa reforzada cuando el Consejo Interterritorial de Salud aprobó, en julio de ese mismo año, la incorporación en la Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud del asesoramiento genético y el diagnóstico genético preimplantacional.
El aborto, ¿única salida?
El genetista Nicolás Jouve, catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares, explica que «pensábamos hacer un informe más genérico sobre el diagnóstico y el asesoramiento genético, pero luego decidimos dedicarlo en particular al prenatal, explicando qué es, y también cómo se debe hacer, porque hay diversas leyes que explican en qué consiste pero no llegar a definir claramente cómo llevarlo a cabo».
Este asesoramiento «se está haciendo muchas veces de forma muy sesgada, invitando a abortar cuando se encuentra una patología más o menos grave». El hecho de que el informe esté aprobado por unanimidad muestra que, incluso los miembros del Comité favorables al aborto son conscientes de que existen estas presiones para abortar en caso de enfermedad de problemas en el feto, como las entidades provida llevan años denunciando. Uno de los casos más sangrantes es el del síndrome de Down: un 85 % de los niños a los que se les diagnostica no llegan a nacer, pues son abortados.
Esta orientación hacia el aborto no se puede achacar sólo a las preferencias de los médicos, sino que está ya marcada desde el principio. Como el informe recuerda explícitamente, en el protocolo de consentimiento informado preparado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia para el programa de cribado prenatal, se afirma que «el objetivo final es conocer la integridad cromosómica de mi hijo y, de no ser así, permitirme acogerme a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo».
Discriminación hacia las personas con discapacidad
Personalmente, el profesor Jouve opina que «estas presiones salen de la misma sociedad en la que vivimos. Hay una corriente ideológica que no va a favor del hombre, que lo ve como un medio más que como un fin, y que cala en todos los ámbitos».
Antes incluso de elaborar el informe, y luego cuando empezaron a profundizar en la cuestión, «nos han llegado peticiones de entidades de discapacitados pidiéndonos que pongamos mucho énfasis en que la vida de un discapacitado no es menos digna que la de alguien sano. También hemos consultado informes y documentos de entidades supranacionales en los que vemos una preocupación constante de cómo a las personas con esas discapacidades se las está discriminando».
¿Qué debe hacer entonces un médico? Él «o el equipo que asesora a los padres tiene que explicar con claridad cuál es la situación, el riesgo de una patología, en qué consiste ésta y sus consecuencias, dejando libremente que sean los padres los que, una vez que conocen esa realidad, decidan por sí mismos. Hay que presentar las opciones, sin omitir las soluciones terapéuticas que haya para paliar muchos de los problemas», o las ayudas sociales y entidades de apoyo que existen.