La Iglesia juzgará a Trump por sus obras
En una extensa entrevista al diario El País publicada el pasado fin de semana, el Papa pide a los españoles «diálogo. Como hermanos, si se animan, o al menos como civilizados. No se insulten. No se condenen antes de dialogar». «Hoy día, con el desarrollo humano que hay, no se puede concebir una política sin diálogo». En respuestas anteriores, el Papa había mostrado su conocimiento de la situación en la frontera de Ceuta y Melilla y del debate «muy vivo» entre laicismo y religiosidad en nuestro país.
La entrevista tuvo lugar mientras Donald Trump tomaba posesión como presidente de Estados Unidos. El Papa, que en el avión de regreso de México en febrero de 2016 calificó de «no cristiana» la propuesta del magnate de «construir muros», prefiere esperar y ver «lo que hace, y ahí se evalúa». Sería imprudente ser «profetas o de calamidades o de bienestares» antes de tiempo. Con todo, Francisco no eludió la cuestión del auge de los populismos: «En momentos de crisis» –alertó– existe el peligro de que buscar «un salvador que nos devuelva la identidad» y nos defienda «con muros de los otros pueblos que nos [la] pueden quitar».
En una carta al nuevo presidente firmada personalmente por él, el Papa recordaba el viernes que «la familia humana está atravesando una crisis humanitaria grave que exige respuestas políticas con visión», y pide que Trump actúe guiado por los «profundos valores espirituales y éticos» del pueblo estadounidense. La grandeza del mismo debe seguirse midiendo «en su preocupación por los pobres, los marginados y los necesitados».
Aborto y reforma sanitaria
Sobre el terreno, la Iglesia católica ha valorado ya algunas de las primeras decisiones de Trump. El cardenal Timothy Dolan, presidente del Comité episcopal de Actividades Provida, ha aplaudido la recuperación de la «política de Ciudad de México», que impide que se financie con dinero público a ONG extranjeras que practiquen o promuevan el aborto en otros países. La medida ha coincidido con la Novena por la Vida convocada por los obispos y fue firmada días antes de las Marchas por la Vida que tendrán lugar mañana en diversas ciudades.
Al mismo tiempo los obispos siguen con preocupación los pasos para derogar la reforma sanitaria de Obama. En una carta a los congresistas y senadores, monseñor Dewane, presidente del Comité de Justicia Nacional y Desarrollo Humano, pide que no se eliminen disposiciones clave sin sustituirlas por otras «que aseguren el acceso a una atención sanitaria adecuada a los millones de personas que dependen de ella». La Iglesia en el país siempre ha pedido un sistema sanitario universal y asequible y apoyó el objetivo de la Obamacare de «expandir la cobertura médica a muchas personas pobres y vulnerables». Pero al final se opuso a la ley por incluir «la financiación del aborto» y no prestar «atención sanitaria para los inmigrantes». Con todo, sus avances «deberían protegerse».