El papel conciliador de la Iglesia
El arzobispo de Nueva York, cardenal Timothy Dolan, participará mañana en la toma de posesión de Donald Trump, en la que leerá la oración del rey Salomón pidiendo sabiduría. Será la tercera vez que se encuentren. La anterior tuvo lugar durante la gala benéfica de la fundación católica Al Smith, en octubre.
Cada año electoral, en plena campaña, el arzobispo de Nueva York hace de anfitrión para los dos candidatos en una cena que busca relajar el ambiente preelectoral a través del humor y la autoparodia.
El cardenal Dolan ha reconocido que este año el ambiente fue bastante más tenso de lo habitual, pero también hubo momentos agradables. Durante la cena, por ejemplo, logró que ambos candidatos charlaran animadamente al recordar que ambos tienen hijas protestantes casadas con judíos.
Antes del acto, el cardenal invitó a Trump y a Clinton a rezar juntos, tras lo cual estos intercambiaron halagos y el compromiso de cooperar.
Para el cardenal, la cena fue una muestra del papel que tiene la Iglesia en Estados Unidos: sin dejar de defender la verdad, ayudar a superar las divisiones. Ese mismo mensaje lanzó el entonces presidente del episcopado, monseñor Joseph Kurtz, al día siguiente de las elecciones.
La Iglesia católica está, además, en una posición privilegiada para hacerlo, pues cuenta con una cantidad parecida de republicanos y demócratas; blancos, hispanos y negros, y de personas todas las clases sociales.