Un convento para el Senado
El Senado de España fue convento fundado por Alonso de Orozco, llamado Colegio de la Encarnación o, por la donante, de doña María de Aragón, para centro de estudios de la Orden de San Agustín, construido por Francisco de Mora entre 1581 y 1601 sobre planos de Juan de Valencia de 1580.
Felipe II, el príncipe Felipe y la infanta Clara Eugenia fueron allí a visitar a fray Alonso y, al despedirse, por reverencia se quitó el sombrero y mandó a sus hijos que besaran la mano de aquel que ya en vida era tenido por santo.
Cuando Orozco murió a las 12 del 19 de septiembre de 1591, día y hora que él mismo había predicho, pasó por la iglesia el todo Madrid; y hasta un listillo puso su escalera y cobraba por mirar desde una ventana, ya que el templo estaba abarrotado.
Fray Alonso quería ser enterrado junto a la pila bautismal de la vieja iglesia pero, por decisión del cardenal de Toledo, fue sepultado a los pies del altar mayor. A los doce años, al ser trasladado a la iglesia nueva ante el altar mayor del retablo pintado por el Greco (cuadros que ahora están en El Prado) lo encontraron incorrupto; y lo mismo en exámenes posteriores.
Allí estuvo 222 años hasta el 19 de septiembre de 1813, cuando el convento fue expropiado para que Fernando VII jurara en esa iglesia la Constitución de Cádiz. El cuerpo de fray Alonso fue trasladado al monasterio de monjas agustinas fundado por él en la calle de la Magdalena, ahora en la calle Granja, 9, donde reposa junto al altar.
El edificio recibió reformas desde 1780 a 1989 de los arquitectos Juan de Villanueva, Antonio Prat, Isidro González, Aníbal Álvarez, Gerónimo de la Gándara, Agustín Ortíz, Bernardo Asín, Manuel Ambrós, últimamente Salvador Gayarre, José Ramos y Antonio García, y ha sido ocupado por sucesivas instituciones parlamentarias. Pero lo que hoy se llama Puerta del Rey era la puerta de la iglesia, el histórico salón de plenos mantiene la planta del mismo templo y la presidencia se sienta sobre el lugar donde estuvo enterrado el santo.
Alonso de Orozco fue beatificado en 1882 y canonizado en 2002 Cuadros y tapices, bustos y lápidas, rememoran en salones y pasillos a distintos próceres, pero no hay siquiera una plaquita que recuerde al fundador del convento, hoy Senado.