Las cofradías se han convertido en puerta de entrada a la Iglesia para muchos jóvenes
Cerca de 1.000 jóvenes cofrades se han reunido en el IV Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías que acaba de celebrarse en Palencia
Jaime, María, José Luis, Silvia y Santiago tienen en común su juventud; son una pequeña muestra de los jóvenes de la sociedad de hoy, con preparación y ganas de cambiar el mundo. Pero comparten más cosas; sobre todo, su condición de creyentes. Y aún más, de cofrades.
Del 27 al 30 de octubre se celebró el Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías que, en su cuarta edición, ha tenido como sede la ciudad de Palencia. Un evento que reunió a cerca de un millar de jóvenes de toda España y que les sirvió para compartir experiencias, unirse en oración y divertirse. En definitiva, cuatro días que mostraron que la salud juvenil de las hermandades y cofradías de España, con sus limitaciones, es envidiable.
Silvia Martínez Ortega fue la anfitriona, una de las responsables del encuentro. Licenciada en Filología Hispánica, «cofrade 365 días al año las 24 horas del día» y presentadora de Los ojos de tararú, programa radiofónico de gran éxito de la emisora de la Hermandad de Cofradías de Palencia, es un ejemplo de joven implicada. «Que en Palencia se hayan reunido durante un fin de semana casi un millar de jóvenes es la mejor muestra de la fabulosa situación de las cofradías y hermandades españolas, que tienen su futuro más que asegurado. Solo pedimos paso y responsabilidad dentro de ellas», cuenta.
A nivel más general, reclaman que quieren dejar de ser «los raros de la clase» en la Iglesia, y pasar a ser considerados «un pilar fundamental». Por ejemplo, en Palencia, el cofrade es el movimiento católico juvenil más fuerte.
Protagonistas
Los jóvenes vienen pisando fuerte y piden paso. En algunas cofradías un tercio de los cargos de gobierno están ocupados por jóvenes, mientras que los grupos de juventud ya son tónica general.
El joven empresario Jaime Insa Fernández es fundador y responsable del Grupo Joven de la Hermandad de Labradores, conocida como el Paso Azul de Lorca. Allí, ellos son «el presente», pues los jóvenes tienen un papel muy importante y su voz es escuchada.
Las actividades que organizan y su testimonio constituyen una vía de entrada a la Iglesia para los jóvenes que están alejados. «Durante todo el año, organizamos actos de todo tipo —deportivos, culturales, religiosos…— a través de los que creamos vínculos con otros jóvenes de Lorca», explica. De hecho, reconoce, algunos hermanos empezaron participando solo en las actividades deportivas y culturales, y luego se engancharon a los actos religiosos: «Las cofradías somos uno de los principales instrumentos para atraer a los jóvenes a la Iglesia. Nuestra misión última es evangelizar y lo hacemos a través de nuestra imágenes, que son un catecismo viviente».
La importancia de la juventud cofrade se mide en el papel que tiene en la evangelización y formación de los jóvenes en la fe católica. Silvia Martínez cree, en este sentido, que «si no fuera por las cofradías, muchos nunca habrían experimentado una conversión real, una necesidad de tener como eje a Jesús». «Porque las cofradías son un lugar de encuentro con Dios, de trabajo y dedicación, donde las imágenes y pasos cobran sentido», añade.
José Luis Pastrana Saldaña, director musical de la banda de cornetas y tambores de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León, además de compositor, opina de igual manera. Reconoce que la puerta de entrada a la cofradía y a la Iglesia es, en su caso, la música, que luego queda en un segundo plano desplazada por la fe. «Como la música que hacemos tiene mucho que ver con la fe, pues esta se acaba imponiendo», explica. Señala del mismo modo algunos errores que se suelen cometer desde las bandas de música de las cofradías: la implicación en la cofradía o la falta de formación de músicos jóvenes. ¿Las soluciones? Él mismo es un buen ejemplo, pues su trabajo se extiende al grupo de montaje y al de braceros, en la organización de convivencias cofrades y también en la de ser voz de los músicos dentro de las cofradías.
Si la música es un puerta de entrada a las hermandades, no lo son menos las redes sociales, blogs, páginas web que muestran a todo el mundo la riqueza religiosa, artística y cultural de la Semana Santa. Esa era la motivación que llevó a un grupo de jóvenes cofrades de Motril para poner en marcha La Chicotá, un medio de comunicación cofrade. Pero no solo eso, también es motor de la Semana Santa: ha recuperado tradiciones, tiene su propio cartel oficial y su trabajo ha llegado hasta una de las ferias de turismo más importantes de Europa, Fitur. María Romero Escámez, estudiante de Periodismo, lo fundó en 2013 junto a otros dos jóvenes sin otro recurso que la ilusión y las ganas de aportar su granito de arena al mundo cofrade de Motril. Comenzó como un simple perfil de Facebook y ahora es medio de referencia para la Semana Santa de Motril y de todo el país: «Es así como se emprende una aventura a la que más tarde se adhieren más jóvenes y que hoy cuenta con un gran respaldo social y un gran apoyo por parte del colectivo cofrade».
La Chicotá cuenta hoy en su filas con jóvenes de entre 14 y 26 años, y han conseguido a través de sus reportajes, vídeos y fotografías derrumbar antipatías y prejuicios de otros; acciones que también han tenido consecuencias en el mundo cofrade, pues son muchas las hermandades que se han lanzado a la comunicación digital y a las redes sociales al conocerlos. «Si hacemos las cosas con ilusión y pasión, al final se acaba contagiando», explica María. Son comunicadores de la Pasión.
Más al norte, en Santiago de Compostela, los jóvenes han sido protagonistas en el impulso que la Semana Santa de esta ciudad ha tomado en los últimos años. Ellos han sido los que han puesto en marcha una nueva cofradía, la de la Humildad, que bebe de la Semana Santa sevillana. Su vice hermano mayor y fundador, Santiago Martínez Casal, recuerda que unos sevillanos que presenciaron su estación de penitencia años atrás calificaron aquello de «una madrugá en Lunes Santo».
La pompa que rodea a esta joven cofradía nada tiene que ver la de las que tiene a su alrededor geográficamente hablando. Al margen de las características formales, la Cofradía de la Humildad trabaja durante todo el año con jóvenes y niños. Aunque no es solo para jóvenes, su equipo de gobierno lo es. Y por eso organizan todo tipo de iniciativas: lúdicas, solidarias, religiosas… Una de sus propuestas estrella es la operación kilo a favor de la cocina económica de la ciudad, que suele recoger cada año entre 1.500 y 2.000 kilogramos de alimentos no perecederos; una acción a la que acompañan actividades como el concierto de corales, el mercadillo navideño, la visita del paje real o la misa en honor a san Juan Evangelista, patrón de la juventud cofrade: «No se trata de venir y dejar los alimentos; queremos ofrecer un espacio para compartir». Quizá por su planteamiento novedoso en Galicia y su continuas propuestas —la última, un concurso de dibujo para niños en colaboración con el equipo de fútbol de la ciudad, que regalará tres abonos a los premiados— han conseguido convertirse en un referente para la juventud cofrade de la capital gallega.
Como la de Santiago, las historias de José Luis, Jaime y María tienen que ver con la fe, la ilusión y la alegría. Como dice Silvia Martínez, con «las ganas de compartir lo que somos, cofrades y católicos, sin complejos y sin diferencias, uniéndonos con un único motivo: conocernos y crecer con ayuda del prójimo».