Marx cree desafortunado el Brexit y pide mirar hacia adelante con responsabilidad

El pasado jueves, la mayoría de votantes británicos votaron en referéndum a favor de la retirada del Reino Unido de la Unión Europea. Esta decisión de los votantes británicos debería por supuesto ser respetada aunque nosotros, como COMECE, la encontramos extremadamente desafortunada. La Unión Europea es un proyecto de comunidad y solidaridad. Una retirada consciente de un miembro es por tanto dolorosa y tiene consecuencias para todos. Los lazos culturales y espirituales existentes deberían ser preservados, utilizados y reforzados en el futuro. Lo sabemos: Europa va más allá de la Unión Europea. Los pasos subsiguientes de las negociaciones concretas sobre la retirada y su modalidad requieren responsabilidad y un correcto sentido de la proporción por parte de todas las partes implicadas. Los más indefensos y los más fácilmente vulnerables, en particular, no deben ser víctimas de este proceso, ni por parte del Reino Unido ni de la Unión Europea.

Después de este referéndum, ha llegado el tiempo de que Europa mire hacia adelante. La decisión del electorado británico confronta a la Unión Europea y a sus estados miembros con preguntas sobre sus metas y sus tareas. Las deliberaciones sobre el desarrollo futuro de la Unión Europea deben por tanto tener lugar sobre una base social amplia. Europa y la UE son una tarea para todos, porque solo seremos capaz de construir un buen futuro si las naciones de Europa están unidas. También plantea la pregunta sobre la forma de alcanzar el «verdadero humanismo europeo» al cual ha animado a los europeos el Papa Francisco en su discurso en la ceremonia de entrega del premio Carlomagno. La Iglesia quiere contribuir a este debate necesario sobre el futuro de Europa. Por tanto, en octubre de 2017, COMECE celebrará un congreso con ocasión del 60º aniversario del Tratado de Roma para dotar de impulso religioso el debate del futuro de la Unión Europea.

Al mismo tiempo la UE no debe quedarse atascada en la auto-reflexión. Ya sea juntos o unos al lado de los otros, los pueblos y naciones europeos tienen una responsabilidad moral hacia el mundo, los países más pobres, la integridad de la creación y la reducción del cambio climático. El imperio de la ley y la perspectiva de una vida en paz y un alto nivel de vida hacen de Europa un foco de atracción para muchas personas. La UE debe también cumplir su responsabilidad bajo estas condiciones políticas modificadas.

El creciente nacionalismo en algunos países no debe convertirse de nuevo en el desencadenante de la delimitación ideológica, la hostilidad y la desavenencia. Como Iglesia, nos comprometemos a ello con todas nuestras fuerzas.

Cardenal Reinhard Marx, presidente de COMECE