Las acusaciones de maltrato de la madre de Luis no eran mentira - Alfa y Omega

Las acusaciones de maltrato de la madre de Luis no eran mentira

La Asociación para el Bienestar de la Tercera Edad Candelaria está recogiendo firmas para que se apruebe una ley en contra de la violencia a los mayores dependientes. «Está invisibilizada»

José Calderero de Aldecoa
Nieto (izquierda) tras reunirse con la delegada territorial de Inclusión Social en Granada.
Nieto (izquierda) tras reunirse con la delegada territorial de Inclusión Social en Granada. Foto: ABTE Granada.

Cuando a Luis (nombre ficticio para preservar la identidad del protagonista de esta historia) su madre le dijo que en la residencia en la que vivía no era bien tratada, este piloto —que la ingresó allí al ser hijo único y viajar constantemente por motivos laborales— «creía que era mentira y que solo lo decía porque no quería estar allí», reconoce en entrevista con Alfa y Omega. La madre, sin embargo, insistió con su denuncia y el hijo, más por hartazgo que por otra cosa, terminó cambiando a la mujer de centro

—¿Aquí también te tratan mal, mamá?

Aquí no, estoy muy bien. Perfecto.

La respuesta descolocó por completo al piloto. «Ahí fue cuando me di cuenta de que me decía la verdad cuando me hablaba del maltrato». La madre de Luis tuvo que soportar golpes, por ejemplo, por moverse en un momento en el que habían pedido que todos se quedasen quietos. «También hubo maltrato psicológico».

Al conocer la verdad, Luis no pudo más que sentirse compungido; un sentimiento que le llevó a tomar cartas en el asunto. Ahí fue cuando conoció a la Asociación para el Bienestar de la Tercera Edad (ABTE) Candelaria, que se acababa de constituir y que, entre sus objetivos, buscaba «mejorar la situación de las personas dependientes», sin importar si se habían trasladado a una residencia o se encontraban en casa. Lo explica Juan Nieto, presidente de la asociación, en conversación con este semanario. Sí, esta situación también se da entre las familias. 

«En total, el dato del que disponemos habla de 9.000 personas», pero «no cabe duda de que son muchísimas más». Según Nieto, esa cifra es solo de los que dan el paso de denunciar, que «son muy pocos. Date cuenta de que, al final, en el caso de que el maltrato se produzca en la familia, las víctimas dependen física, económica y emocionalmente de sus hijos». Y si se da en residencias, las familias tienden, como en el caso de Luis, a no reconocer el problema, porque se creen que es una mentira de sus padres o abuelos. Salvo en el caso de que haya evidencias físicas, donde no hay vuelta de hoja.

Ante esta situación de desprotección, ABTE Candelaria está promoviendo una ILP para la aprobación de una Ley de Protección Integral contra el Maltrato a las Personas Mayores. «Ahora estamos con la recogida de firmas y tratando de cosechar apoyos institucionales de distintas entidades y organismos», señala Nieto.

El primer objetivo es romper el tabú, porque «la invisibilidad de este problema dificulta su reconocimiento y su abordaje». Pero la norma también pretende aunar en un solo texto las distintas cuestiones que afectan al maltrato y que hoy están desperdigadas en varias leyes. «Hace falta una normativa específica y transversal para atajar el problema». 

De aprobarse, la ley contra el maltrato corregiría «la falta de datos estadísticos que permitan dimensionar la violencia ejercida contra este colectivo» y actuaría en el ámbito de «la prevención, la intervención temprana y la asistencia adecuada». En este sentido, Nieto subraya la importancia de la implementación de «protocolos de actuación efectivos ante casos de abuso, mecanismos de denuncias accesibles adaptados a la necesidad de las personas mayores, asistencia legal especializada y gratuita» o «formación para los profesionales». La idea es que los colectivos implicados «reciban un curso para saber detectar e intervenir cuando se dé algún caso». Por ejemplo, si la Policía tiene que intervenir, que el agente que se desplace «sepa cómo tratar a la persona mayor, que tenga capacidad para captar en la actitud de la víctima datos que a lo mejor no ha podido revelar de palabra y cosas así», concluye Nieto.

Carlos San Juan, impulsor de la campaña Soy mayor, no idiota: «Quieren que todos pasemos por el aro»
Carlos San Juan

—¿Qué supone para usted el premio que le acaba de otorgar la Plataforma de Mayores y Pensionistas?
—Ha sido un honor. Trabajan con unos objetivos que coinciden con la petición que yo hice en su momento [busca que las entidades bancarias proporcionen atención adecuada a los mayores, N. d. R.]. El galardón ha servido para relanzar la campaña.

—¿Y cómo va su lucha? ¿Ha mejorado algo?
—Ha habido avances, pero ahora mismo la iniciativa ha pasado a un segundo plano debido a la situación de bloqueo político que vivimos. El Gobierno se comprometió a hacer la ley por la que se crea la Autoridad Administrativa Independiente del Usuario Financiero. Lo que pretendía la norma, dicho de forma coloquial, era que ante una situación de maltrato, cuando te cobran algo que no deberían haberte cobrado o te aplican una cláusula abusiva en una hipoteca, se pueda reclamar sin tener que acudir a la justicia ordinaria y sin la necesidad de tener que contratar un abogado. Ya sabemos todos los retrasos en los procesos judiciales. A veces tardan años en resolver una causa. Con esta ley, sería una autoridad independiente la que determinaría en un plazo máximo de dos meses si el banco es culpable o no.

—¿Cómo valora la OPA del BBVA sobre el Sabadell? ¿Teme que pueda afectar drásticamente al número de sucursales?
—Sí, va a afectar muchísimo. Tanto a la reducción de plantillas como al cierre de sucursales. En el sector se dice ya que es un desafío al Banco Santander. El siguiente paso, a mi manera de ver, es que el Santander intentará hacer otra OPA. Al final la idea es ir formando un monopolio en el cual, permíteme la expresión, todos pasemos por el aro. Ellos cierran sucursales, reducen personal y gasto y te obligan a ti a hacerlo todo tú mismo por internet; y encima te cobran comisiones. Luego está el tema de los intereses, del que casi no se habla. La banca española es la que menos paga de toda la Unión Europea en intereses.

—Más allá de los bancos, ¿hay que reflexionar sobre cómo trata España a sus mayores?
—Sí. Creo que se ha creado un relato de enfrentamiento intergeneracional. Los jóvenes acusan a los mayores de sus peores condiciones vitales, porque nosotros tenemos casa propia y ellos no pueden emanciparse. Hay que señalar también el edadismo laboral. Es increíble. Por encima de los 45 años es dificilísimo encontrar trabajo. Todavía persiste en la memoria colectiva la imagen del mayor dando de comer a las palomas o viendo cómo cimentan un edificio. Eso se ha acabado. Los mayores estudiamos, leemos, hacemos mil actividades. En líneas generales, lo resumiría en una frase: España no es país para viejos.

—Pues la generación baby boom se jubila y va a haber cinco millones de pensionistas más…
—Como decía Mayor Zaragoza, el director general de la UNESCO, «el imperio de los mayores ha llegado para quedarse». En un futuro inmediato se habla de que vamos a ser el país más longevo del mundo y a los mayores no nos van a poder aparcar. Hay que eliminar los estereotipos y no puede volver a ocurrir el ninguneo por parte de los políticos.