La CEE advierte de los «problemas de salud mental» o de la «inseguridad» entre los marineros

Frente a «la incertidumbre de las travesías, la fuerza de las mareas y la fragilidad de la vida» en el océano, el obispo promotor del Apostolado del Mar dentro de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Valín, ha propuesto «confiar en una presencia que acompaña, protege y sostiene. María, la Madre del Señor, ha sido desde siempre faro en la noche, estrella que guía a los navegantes, consuelo en la soledad y fortaleza en las dificultades, regazo tierno de amparo y compañía en la distancia».

Así se expresa el también obispo de Tui-Vigo en su mensaje para el Día de las gentes del mar, que se celebra el próximo miércoles 16 de julio coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora del Carmen. Una jornada que en esta ocasión lleva por título María, guía y esperanza nuestra y en la que, «como cada año, elevamos nuestra oración y mirada» a la Virgen.

En el mensaje, Valín también habla de la presencia silenciosa «de aquel que calmó la tempestad» en «cada red lanzada, en cada larga jornada laboral, en la inseguridad en medio de tantos conflictos, en la precariedad laboral, en las duras condiciones de trabajo o en la distancia». Ante todas estas circunstancias, Él también «navega con nosotros en la barca de la vida tendiéndonos una mano».

Por último, el obispo promotor del Apostolado del Mar dentro de la Conferencia Episcopal Española ha subrayado los «retos en el mundo del mar» que la Iglesia «quiere acompañar»: el «problema de la salud mental de los trabajadores», la «regulación y seguridad de los marineros y pescadores, la mejora de las embarcaciones, la siniestralidad…». Aquí «nos toca levantar la voz, proféticamente, para recuperar a la persona como centro de todo, buscando su dignidad personal, laboral y familiar, antes que cualquier ganancia o búsqueda exacerbada de productividad»

Al mismo tiempo, —concluye— «es urgente una conversión ecológica para cuidar la casa común».