Presidenta de la Fundación Prodis: «Hemos sentido la ayuda de Dios durante estos 25 años»
No nacieron en un garaje, como las compañías americanas de renombre, pero casi. Dos despachos prestados en el Colegio María Corredentora fueron el comienzo de la Fundación Prodis, una aventura que cumple este año sus 25 años de vida
No nacieron en un garaje, como las compañías americanas de renombre, pero casi. Dos despachos prestados en el Colegio María Corredentora fueron el comienzo de la Fundación Prodis, una aventura que cumple este año sus 25 años de vida haciendo que personas con discapacidad intelectual tengan futuro más allá de su período de escolarización.
«La directora del centro, Sara Pardo, nos animó a un grupo de padres», recuerda Soledad Herreros de Tejada, presidenta de la fundación, un cuarto de siglo después del arranque de un proyecto que en la actualidad atiende a 500 chavales (en la imagen principal, con algunos de ellos). En los comienzos, detalla, la mayoría eran niños con Síndrome de Down; ahora, la mayoría tiene otras tipologías de discapacidad.
«Empezamos con mucha ilusión, con una vocación de servicio a estas personas y convencidos de que podían tener una vida plena y desarrollar sus capacidades, que aunque sea más limitadas, las tienen». Se habían dado cuenta de que había chicos que acaban el colegio y tenían un potencial cognitivo suficiente como para acceder a un empleo con una formación adecuada.
Así, crearon el primero de sus programas, un curso pionero en España desarrollado junto con la Universidad Autónoma de Madrid e impartido en su Facultad de Educación, que en la actualidad está ampliado con un curso de preformación antes de entrar y un máster al acabar.
Cuando la primera promoción de la UAM se graduó crearon un servicio de empleo «para buscarles trabajo» con el apoyo de mediadores profesionales, que se incorporan con los jóvenes al puesto de trabajo hasta que ellos han aprendido a desarrollarlo. A día de hoy, 215 jóvenes de Prodis están trabajando en empresas de la Comunidad de Madrid.
Nació también el programa de ocio de fin de semana, con monitores cualificados, de modo que los chicos tuvieran planes con amigos. Luego llegó un centro ocupacional porque «nuestra filosofía es atender a todos, independientemente de sus capacidades». Algunos, explica la presidenta, «a lo mejor no pueden acceder al mercado laboral», pero sí desarrollar sus capacidades en talleres, tratando de que no avance su deterioro cognitivo y tengan «una vida plena y feliz». En la actualidad forman parte del centro 120 chicos.
Crearon igualmente un centro especial de empleo, con distintas áreas de negocio, para ofrecer a empresas la contratación de «nuestros servicios». Hay trabajando 80 personas con discapacidad, apoyados por 20 profesionales.
Y así, hasta los 23 programas que actualmente tiene en marcha Prodis, sin olvidar a los patronos de la fundación y a las familias de los chicos. «Tenemos una relación muy estrecha con ellas», con la idea de «ser como una gran familia», subraya la presidenta.
Mirando al futuro
«Hemos sentido la ayuda especial de Dios durante estos 25 años», reconoce Soledad. Y para celebrarlos, Prodis ha llevado a cabo varios eventos, el último de los cuales y «el más importante», ha sido una Eucaristía de acción de gracias en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo, que estuvo presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. Para prepararla pusieron en marcha un comité de profesionales que se encargaron de, entre otras cosas, hacer un estandarte especial de la Virgen que tienen en Prodis ante la imposibilidad de trasladar la talla original hasta el colegio.
Durante la homilía, que fue «preciosa», el cardenal les habló del «amor a los semejantes» y del que «transmiten estas personas, que al final es el amor de Dios; cada uno de ellos es un reflejo de Nuestro Señor». La presidenta de Prodis se muestra muy agradecida al cardenal Cobo, «llevaremos el recuerdo de ello en el corazón para siempre».
La Eucaristía fue el momento de celebrar con las familias, después de haber tenido ya un acto con las empresas. Quedan pendientes para la segunda mitad del año la celebración con todos los patronos de estos 25 años, «un acto de reconocimiento y agradecimiento», y una fiesta con los profesionales.
Mientras, Prodis mira ya al futuro. «Seguiremos prestando nuestros servicios pero queremos dar un paso más para ayudar a aquellas familias que en un futuro cercano no puedan atender a sus hijos porque se hagan mayores». Así, la fundación está preparando un complejo residencial en el que podrán estar con sus profesionales de siempre y sus amigos de siempre. En Prodis, recuerda Soledad, hay niños que están juntos desde que empezaron en el colegio. Sin ir más lejos, «mi hija tiene 32 años y empezó con 5 en el María Corredentora».
Y el segundo reto es ampliar el centro de empleo porque «el actual se nos ha quedado pequeño». Así pues, «todavía tenemos recorrido», y para eso «hay que seguir pidiendo al Espíritu que nos ilumine para poder continuar con nuestra labor».