José Carlos Sobejano: «No somos asalariados. Los cristianos respondemos a una llamada de Dios» - Alfa y Omega

José Carlos Sobejano: «No somos asalariados. Los cristianos respondemos a una llamada de Dios»

El coordinador inspectorial de Animación Vocacional SSM de los salesianos explica a Alfa y Omega la campaña vocacional 2025 de la congregación, que busca «ayudar a los jóvenes a plantearse la vida como vocación»

José Calderero de Aldecoa
Foto: Salesianos.

Cuando quedan apenas tres semanas para la fiesta de san Juan Bosco, los salesianos han lanzado su campaña vocacional 2025 bajo el lema Un futuro de esperanza. Los relatos evangélicos de la multiplicación de los panes y los peces y la parábola de los talentos guían la reflexión de los materiales preparados para la ocasión, que tienen como potenciales destinatarios 175.000 niños y jóvenes que participan de las obras salesianas en nuestro país.

Junto con ellos, la campaña busca también involucrar a las comunidades religiosas y a los diferentes grupos de la familia salesiana «con el objetivo de consolidar una cultura vocacional en toda la acción educativo-pastoral», indican los organizadores.

¿Cuál es el gran mensaje de fondo de la campaña?

Primero hay que decir que queremos que no sea una campaña vocacional aislada de nuestra propia pastoral, ni aislada del sentir y del vivir de la Iglesia. Por eso, este año el lema es Un futuro de esperanza, que habla de nuestra campaña pastoral nacional —Somos futuro— y del año jubilar en el que el Papa nos invita a la esperanza. De esta forma, con un futuro de esperanza queremos ayudar a los jóvenes a plantearse la vida como vocación. La idea es que puedan descubrir el proyecto concreto del Señor para ellos y entregarse a los demás como auténticos signos de esperanza en el mundo.

Se percibe una campaña amplia, menos autorreferencial.

Sí. Nosotros estamos con el sentir de la Iglesia. Y como bien sabes, el congreso de vocaciones de febrero tiene esa orientación de proponer la vida como vocación. Pero tampoco podemos ser timoratos o confundir las cosas. El que hablemos de cultura vocacional, y que estemos en esa línea con la Iglesia, no significa que no haya una propuesta concreta. Al final, Dios nos llama a cada uno a un camino específico. El nuestro es el de ser salesianos, salesianas, consagrados. Es fundamental no perder esto de vista porque entendemos que hay chavales a los que Dios puede seguir llamando a esta realidad concreta.

¿Sería una campaña exitosa si pasara qué?

Si pasara que cada destinatario fuera capaz de mirarse en el espejo de Dios y diera un pequeño paso para convertirse en signo de esperanza para los demás. O si los jóvenes a los que les llegue la campaña percibieran con mayor claridad el perfil de la vocación a la que Dios les llama.

¿Qué esperáis del congreso de vocaciones? ¿Con qué espíritu vais a participar?

Participamos, en primer lugar, con un espíritu eclesial. Al final, a pesar de los distintos carismas o diócesis, somos todos uno. También nos inunda la ilusión por encontrarnos entre las distintas vocaciones que existen en la Iglesia. Y luego a mí me gusta particularmente la idea de contarle al mundo que no somos simplemente profesionales o asalariados, sino que los cristianos respondemos a una vocación, a una llamada de Dios que nos hace individualmente a cada uno.