«Los bienes de la Iglesia no son lo importante, pero sostienen nuestra misión»
La Universidad Pontificia Comillas y CaixaBank renuevan su convenio para becar la formación de nuevos ecónomos
«La labor de administración de bienes ha ido adquiriendo con los años una complejidad muy importante, requiere una especialización y la administración del patrimonio de la Iglesia se está convirtiendo en una cuestión problemática», cuenta al otro lado del teléfono Miguel Campo. Es jesuita, asesor jurídico de CONFER y director en la Universidad Pontificia Comillas del Curso de Especialista en Administración de Bienes Eclesiásticos. Una formación que este centro lleva impartiendo durante tres años y que volverá a ofrecer el próximo mes de enero tras la reciente renovación del convenio por el que CaixaBank beca con 1.000 euros a cada estudiante proveniente de entidades sin ánimo de lucro.
En conversación con este semanario, el director del curso explica que «los bienes de la Iglesia no son lo importante, pero sostienen nuestra misión». Por tanto, revela que «llevamos desde hace años intentando hacer este esfuerzo por promover una mayor especialización». La formación que coordina está dirigida a religiosos, laicos y cualquiera que gestione este patrimonio, pues «nos jugamos mucho en esto».
Campo advierte de cómo «se están descapitalizando las instituciones de la Iglesia», especialmente aquellas compuestas principalmente por «sacerdotes y religiosos mayores» y con dificultades para llevar al día sus cuentas. «Se necesita planificación», reivindica. Y confiesa que «la Iglesia lleva varios años haciendo un llamamiento casi angustioso para que se dé una profesionalización y una orientación con sentido».
Asimismo, el jesuita detalla cómo el Curso de Especialista en Administración de Bienes Eclesiásticos proporciona guías éticas para la gestión de recursos en un momento en que muchas Iglesias locales están cortando de raíz su inversión en combustibles fósiles y vigilando sus movimientos para no apoyar negocios vinculados con las armas ni el aborto. «Estos bienes no se pueden administrar como cualquier otro», señala Campo.
Este profesor de la Universidad Pontificia Comillas da una clave más: está cambiando el perfil de los ecónomos de las congregaciones. «Los laicos que vienen del mundo civil cada vez son más». Se muestra esperanzado por que esta formación pueda romper con cierto puritanismo por el cual «a algunos religiosos les genera un poco de conflicto acabar ocupándose del dinero, hablar con bancos y estar ocupados con inversiones». Y concluye alegando: «Una vez que uno tiene una vocación madura, sabe que está al servicio de la Iglesia y esta es una parte muy importante para sostener su misión, por lo que la asume pacíficamente».