«Todo lo que pensamos hoy para el Sínodo ya lo pensó Juan de Dios Martín Velasco hace 40 años»
PPC presenta en el Seminario Conciliar de Madrid Los presbíteros, una colección de textos de Juan de Dios Martín Velasco para formar sacerdotes
«Para nuestra villa, Santa Cruz del Valle, Juan de Dios era exclusivamente un sacerdote y un ejemplo de piedad, pero nunca lo vimos como un intelectual», ha explicado Pedro Martín, concejal de Cultura de este pueblo abulense, sobre la humildad de Juan de Dios Martín Velasco, quien fue rector del Seminario Conciliar de Madrid entre 1977 y 1987. Su Ayuntamiento es uno de los principales impulsores —junto al Instituto Superior de Pastoral adscrito a la Universidad Pontificia de Salamanca y la Diputación Provincial de Ávila— de la Cátedra Juan de Dios Martín Velasco, que reivindica su labor. «Para nosotros significa algo más profundo», ha advertido su vecino, quien la ha definido como «un puente que conecta el pasado y el futuro».
Lo ha hecho durante la tarde de esta martes en el salón de actos del la Universidad Eclesiástica San Dámaso con motivo de la presentación de Los presbíteros, un libro publicado por la editorial PPC y que recoge los textos de este teólogo de finales del siglo XX sobre la formación de los sacerdotes. Además, según el político, Juan de Dios —pues en el pueblo nadie lo llamaba por su apellido—, «era un gigante de la espiritualidad y el pensamiento que pasaba inadvertido entre sus paisanos por la cercanía con la que vivía».
Después, Pedro Miguel García, director general de PPC, quien se ha definido a sí mismo como «el que menos ha tratado a este bueno y sabio de los que estamos en esta mesa», ha explicado que Martín Velasco «tenía dos registros». Por un lado, «el de erudito y especialista en fenomenología» que estudió en las universidades de Lovaina, Sorbona y Friburgo y «hemos padecido» quienes se enfrentaban a sus densos materiales de estudio. Pero, como ha adelantado el director de la editorial, este sacerdote tenía también un segundo registro «más divulgativo y pastoral», propio de «una parroquia de barrio», pues siempre estuvo «preocupado por enseñar a rezar al pueblo».
Por su parte, Antonio Ávila, coordinador de Los presbíteros, ha subrayado los esfuerzos «que bastantes estamos haciendo para que la cátedra de Juan de Dios siga estando presente porque tiene un pensamiento muy rico». Ha calificado sus reflexiones como muy pertinentes «en el momento que estamos viviendo en nuestra Iglesia universal y en nuestra archidiócesis de Madrid con motivo de la recuperación del Concilio Vaticano II gracias al Sínodo sobre sinodalidad». Una fase que ha considerado «vital y apasionante» y que, a su juicio, bebe en gran parte de este teólogo abulense, pues «todo lo que pensamos hoy para el Sínodo ya lo pensó Juan de Dios hace 40 años». Es algo que ha comprobado al consultar la Ratio fundamentalis propuesta desde Roma «para que los presbíteros tengan un talento sinodal», pues sus recomendaciones son similares a las intuiciones que tenía Martín Velasco en su momento.
«Construyó el futuro que estamos recogiendo»
El arzobispo de Madrid, José Cobo, presente también en la mesa para dar a conocer Los presbíteros, ha definido a Juan de Dios Martín Velasco como «una persona que construyó un futuro que estamos recogiendo ahora». A su juicio, «todo lo que se siembra en Dios se recoge de otro manera» y este formador de sacerdotes ilustra perfectamente la espiritualidad propia «del tiempo de Adviento que estamos viviendo».
Por tanto, ha considerado el acto de este martes como «no solo la presentación de un libro sino un reconocimiento a los que han sembrado lo que somos ahora». El cardenal ha narrado además cómo «conocí a Juan en una faceta preciosa, la de cura en Vallecas dedicado a la pastoral y a la reflexión silenciosamente». Y ha dicho sobre él que «el Señor le regaló unos dones que muchas veces tienen personas distintas: el cura, el teólogo, el que sabe hablar con la gente y el que sabe pensar con las luces muy largas».
Según Cobo, Martín Velasco «era un hombre con gran libertad y una agudeza especial». «Siempre decía que la crisis de la Iglesia era la vivencia floja de la fe personal y comunitaria», ha recordado. Después ha leído un texto suyo a las puertas de los años 2000 en el que invitaba a adaptar la formación de los sacerdotes a las inquietudes de aquella sociedad que comenzaba a dibujarse, una prioridad que al cardenal le ha «conmovido» al comprobar cómo las necesidades que subrayaba siguen estando igual de vigentes hoy. Finalmente, ha dado las gracias a los presentes por escuchar «las reflexiones de la gente que ha dado la vida por la Iglesia» y ha llamado a hacerle llegar Los presbíteros al Papa «para que sepa la línea en la que vamos».