«Los rebeldes muestran respeto por nuestras tradiciones», asegura un obispo de Siria
La coalición insurgente que derrocó al dictador ha asegurado a los representantes de las comunidades cristianas que no habrá cambios y que los respetarán. Sin embargo, Parolin se ha mostrado cauto ante las promesas de los insurgentes. «Todos estamos preocupados por lo que está ocurriendo en Siria», ha declarado en un acto en Milán
Ha sucedido todo tan rápido que la población siria, aún conmocionada, trata de encontrar una explicación a lo ocurrido. El miedo es uno de los sentimientos que está aflorando en las últimas horas en la población después de la caída relámpago del régimen de Bashar al Asad. Sobre todo, entre los cristianos, quienes temen que, con la instauración del nuevo régimen compuesto por rebeldes de corte yihadistas, dirigido por el exlíder de Al Qaeda Abu Mohammad al Yolani, las minorías religiosas sean perseguidas.
Por eso, los líderes cristianos presentes en Siria están trabajando para que los insurgentes los respeten. Tal y como ha informado la agencia Fides, este lunes mantuvieron en Alepo una segunda reunión «muy positiva» con los representantes de los grupos armados que han tomado el control de la ciudad siria.
Según ha señalado en declaraciones a Fides el obispo caldeo de Alepo, el jesuita Antoine Audo, el encuentro —que se produjo poco después de la huida del presidente Bashar al Asad y su familia a Rusia tras la toma se Damasco— ha encendido su esperanza de poder vivir en paz. «Su intención parece ser la de dar confianza. Las expectativas son buenas», ha manifestado tras la reunión que tuvo lugar en la iglesia y el convento franciscanos de Alepo, también sede del Vicariato Apostólico de los Católicos de Rito Latino.
El entusiasmo del obispo sirio también se explica porque la situación actual de la comunidad cristiana es de por sí terrible, tras 13 años de guerra y con una economía que no despega. «Estamos en un callejón sin salida: no hay electricidad, todo es caro, a mucha gente le está costando encontrar alimentos», ha explicado.
En todo caso, ha asegurado que por el momento, los rebeldes, de matriz islámica, que están llamados a dirigir el futuro del país «no muestran ninguna voluntad de imponer cambios y condicionamientos en la vida ordinaria de las comunidades eclesiales», ha apuntado. Al contrario, «parecen querer mostrar respeto por nuestras tradiciones y nuestras oraciones. Yo les he dicho que nosotros, como cristianos árabes, representamos una realidad única en la historia y en el mundo». Audo ha explicado que durante el cara a cara con los insurgentes les recordó «algunos ejemplos de la historia de los árabes musulmanes con los cristianos, y de la contribución de los cristianos a esta historia». «He añadido que el estatus de los dhimmi (miembros no musulmanes de un Estado guiado por la ley islámica) puede interpretarse en sentido negativo y en sentido positivo y que los cristianos no pueden ser ciudadanos de segunda clase ya que debemos trabajar juntos. Parecían muy interesados en estas consideraciones», ha considerado.
Durante la reunión, la coalición insurgente que derrocó al dictador ha asegurado a los representantes de las comunidades cristianas que no habrá cambios en el reglamento de las escuelas pertenecientes a las comunidades eclesiásticas, donde niños y niñas estudian juntos en clases mixtas. «Han pedido a todos los funcionarios que reanuden sus funciones y han declarado que se ha acabado el servicio militar obligatorio que ha durado todos estos años», ha subrayado el obispo caldeo.
En tanto, en Alepo, aunque haya acabado la guerra, persisten los problemas de escasez de alimentos y de bienes de primera necesidad. Por ello, todas las comunidades religiosas han puesto en marcha iniciativas para que la gente pueda al menos comer una vez al día. Nadie sabe cómo será la celebración de la Navidad este año, aunque el obispo Audo prevé que, como las de años anteriores, será muy sobria. «No habrá cabalgatas ni momentos espectaculares. Pero quien quiera venir a visitarnos a nuestras iglesias y episcopados durante los días festivos será bienvenido», ha explicado.
Por su parte, la Santa Sede no oculta su preocupación ante el cambio de régimen en Damasco. A los márgenes de un acto en la Universidad Católica de Milán el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, se ha mostrado cauto ante las promesas de los rebeldes. «Todos estamos preocupados por lo que está ocurriendo en Siria», ha declarado el número uno de la diplomacia vaticana en el acto Estudios para el diálogo. Premio de Investigación Al Issa de Estudios Islámicos Árabes. Parolin no ha escondido su perplejidad ante la nueva situación en Siria. «Da la impresión de que un régimen que parecía tan fuerte y tan sólido ha sido barrido en poco tiempo».