Tiempo de preparativos y de esperanza
El Adviento es un momento maravilloso para la introspección y la preparación espiritual, pero también para volver a lo sencillo
El Adviento es un tiempo maravilloso para la introspección y la preparación espiritual; pero también para volver a lo sencillo y centrarnos en lo que realmente importa. Por ello nos gustaría ofrecer algunas ideas para este tiempo a nivel personal y para adaptar y poder realizar en familia.
En primer lugar, preparémonos nosotros mismos. Por ejemplo, con la meditación y la oración, dedicando tiempo a la quietud y a la conexión con lo divino. ¿Qué tipo de meditación te resuena más? ¿Qué oraciones te conmueven? Ayuda la lectura espiritual: sumergiéndonos en los textos sagrados o los libros inspiradores que nos ayuden a crecer espiritualmente. ¿Qué libros te gustaría leer este Adviento?
Para cultivar la gratitud, podemos hacer una lista de las cosas por las que estamos agradecidos cada día. ¿Qué tres cosas te hacen sentir agradecido hoy? Junto a ella está el perdón, para liberarnos de resentimientos y perdonar a quienes nos han herido. ¿Con quién necesitas hacerlo? ¿Cómo puedes? Por último está el autocuidado; esto es, cuidar de nuestra salud física y mental. ¿Qué actividades te relajan y te hacen sentir bien?
Al mismo tiempo, preparemos nuestros hogares y otros lugares. Recomendamos una opción minimalista, optar por una decoración sencilla y significativa, que evoque la paz y la espiritualidad. ¿Qué elementos naturales podéis incorporar en ella? En este entorno, podéis crear un rincón especial en vuestro hogar para la oración y la meditación. ¿Dónde os gustaría que estuviera vuestro espacio sagrado? La ambientación física se puede acompañar de música instrumental o cantos religiosos.
Preparemos asimismo nuestros vínculos. Un paso para ello son las conversaciones sinceras, abrir nuestro corazón a las personas que amamos y expresar nuestros sentimientos. ¿Con quién te gustaría tener una conversación profunda? También la reconciliación, reparar relaciones dañadas y buscar el perdón mutuo. ¿Hay alguien con quien necesites reconciliarte? Además, está el servicio a los demás, volcarnos en ayudar a quienes lo necesitan. ¿Cómo puedes servir a tu comunidad?
Por último, preparemos nuestra agenda. Primero, con espacio para la familia, dedicando tiempo de calidad a nuestros seres queridos. ¿Qué actividades podéis realizar juntos? Pensad luego en eventos comunitarios, actividades relacionadas con la Navidad y la comunidad en las que podáis participar. ¿A cuáles te gustaría asistir?
Para terminar, proponemos algunas preguntas adicionales para reflexionar: ¿Qué significa para mí la Navidad más allá de los regalos y las fiestas? ¿Qué valores quiero transmitir a mis hijos o seres queridos? ¿Cómo puedo hacer de este Adviento una experiencia más significativa? ¿Qué cambios quiero hacer en mi vida para acercarme más a Dios y a los demás? Juntos, en familia, en nuestro entorno, podemos crear un espacio de inspiración y apoyo mutuo para vivir este Adviento de manera más consciente y plena.
Concluimos con un precioso poema de Gloria Fuertes que evoca este tiempo de preparativos; este tiempo de esperanza: «Vamos a ver si es cierto que Le amamos. / Vamos a ver si es cierto que Le amamos, / vamos a mirarnos por dentro un poco. / ¡Hay cosas colgadas que a Él le lastiman, / freguemos el suelo y abramos las puertas!, / que salgan las lagartijas y entren las luces. / Borremos los nombres de la lista negra, / coloquemos a nuestros enemigos encima de la cómoda, / invitémosles a sopa. / Toquemos las flautas de los tontos, de los sencillos, / que Dios se encuentre a gusto si baja. ¡Feliz Adviento!».