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En la manifestación del 22-N, en defensa de la vida, bajo el lema Cada vida importa, nosotros también estuvimos allí. Teruel estuvo allí. Estuvimos muy cerquita del escenario unas 50 personas de distintas edades, desde 10 años hasta mayores de 70. Fue un viaje inolvidable, festivo (bailamos, cantamos, reímos…), cargado de sentimientos (lloramos de emoción al oír testimonios llenos de optimismo y esperanza, y al oír a Benigno Blanco en su fantástico discurso). También nos sentimos enfadados por la decisión tomada por el Gobierno de abandonar la lucha por la defensa de la vida. Estamos defraudados pero llenos de esperanza, y confiamos que con nuestro pequeño esfuerzo y testimonio nos hagan caso y se den cuenta de que vamos a seguir ahí. El 22-N, la organización del Foro Español de la Familia en Madrid (Benigno, Ignacio, Teresa, Carmen, Carmina…) fue esencial. Tenemos la sensación de haber hecho algo importante: defender la vida, desde la del niño que está por nacer, pasando por la madre con problemas y a la que sólo le dan la salida del aborto. Si las instituciones no les ayudan, nosotros sí. Esta sociedad civil seguirá ayudando a toda mujer que, por distintas circunstancias, se plantee abortar, para decirle que ésa no es la solución, que hay un futuro mejor para ella y para su hijo. Esperamos que la respuesta del Gobierno sea la adecuada al grito de toda la gente que estuvo en Madrid: un millón y medio de personas venidas de toda España. Si no, volveremos a Madrid el 14 de marzo.
María Pilar Sánchez Cortés
Plataforma Provida en Teruel
Teruel
Si hay algo que la Iglesia defiende por encima de todo es el amor: amor a Dios, al prójimo y, dependiendo del plan de Dios para ti, el amor a tu pareja. El pasado sábado 15 de noviembre, las Delegaciones de Juventud y de Familia de la archidiócesis de Toledo organizaron el primer encuentro de novios del curso, de tres que hay planificados. Allí acudíamos nosotros, una pareja de 20 años, con un pasado de 4 años que comenzó con la Peregrinación Europea de Jóvenes a Santiago en 2010. Si existe algo que nos une por encima de todo es nuestra fe, recibida de nuestros padres y que, si Dios quiere, podremos transmitir en un futuro (en bastante largo plazo). Allí estábamos los dos, con nuestros defectos y con nuestras virtudes, con un mismo sentimiento y rodeados de 12 parejas de la diócesis. Empezamos el encuentro con el esperado y necesario testimonio de Carlos y Conchi, un matrimonio de la diócesis que igual que nosotros se conocieron en actividades de la Delegación de Juventud, a la que tanto bien hicieron, tanto él como ella, con su trabajo e ilusión para con los demás jóvenes. Sus palabras no dejaban a nadie indiferente: el respeto a tu pareja, las diferencias entre ambos, la realidad del día a día, la fuerza de Dios en cada paso… También tuvimos un rato en pareja para meditar lo aprendido, con preguntas que los organizadores nos propusieron, y una muy nutrida puesta en común, para ir después juntos a celebrar la Eucaristía. Así terminaba una tarde en la que pudimos seguir descubriendo lo bonito de vivir esta aventura del amor junto a la persona que Dios ha puesto en nuestras vidas, y cuidar ese tesoro que Él nos da dado.
El pasado 22 de noviembre, acudí a la llamada por la vida, y disfruté viendo la numerosa participación de matrimonios jóvenes, y muchos otros con sus hijos, que rebosaban satisfacción por haber dado, en su día, el más claro y generoso Sí a la vida. Este día, se me vino a la cabeza qué pensarían los legisladores que sean también padres de familia, y que ya hayan manifestado su particular Sí a la vida. Con todo el alma les pido que no se vuelvan atrás.
En coincidencia con el quinto centenario teresiano, se están editando en todo el mundo muchos libros concernientes a la Santa abulense. En este momento, circula por Italia un libro sobre santa Teresa de Ávila, escrito por Maria Pia Cirolla, precioso y que merece la pena leer: Vi insegno a pregare (Os enseño a rezar). El capítulo final del libro versa sobre las relaciones entre María Santísima y santa Teresa de Jesús. Claro que la primera maestra de oración es María Santísima, la Virgen del Magníficat. Pero, en lo sucesivo, a partir de María, podemos incorporar también a santa Teresa de Jesús, maestra de oración personal, a Dios. En este año 2014, sentimos la necesidad de un Año de oración. Ahora, después de 50 años de Concilio y postconcilio, con todas las novedades que han entrado en la Iglesia, sentimos la necesidad de volver a fortalecer nuestra interioridad, sumergirnos en un Año de oración con la ocasión del centenario teresiano, apasionarnos por este quinto centenario y vivirlo en el marco de la Iglesia universal.