La Iglesia en Hispanoamérica «debería ser puntal enviando misioneros a África»
El director de OMP España ha participado en el Congreso Americano Misionero, donde el presidente del CELAM lamentó que el clero de ese país prefiera ir en misión a Europa que a países pobres
Hispanoamérica «debería ser un puntal a la hora de enviar sacerdotes, consagrados y laicos a África, Oceanía y Asia». José María Calderón, director de Obras Misionales Pontificias España, resume así una de las principales conclusiones del Congreso Americano Misionero, en el que ha participado recientemente. Con el lema América, con la fuerza del Espíritu, testigos de Cristo, concluyó el pasado domingo en Puerto Rico.
La sexta edición de esta cita quinquenal seguía así la estela de la anterior, en la que se abordó la importancia de la evangelización ad intra y de subrayar que el Bautismo nos hace a todos misioneros. En esta ocasión, se ha insistido en «la necesidad de renovar el espíritu misionero» en el continente también de cara a la evangelización ad gentes. «La gran mayoría de cristianos de todo el mundo están en Hispanoamérica pero no hay tantos misioneros como tiene España», explica Calderón. Por ello, se ha señalado la necesidad de poner las bases para promover la animación misionera en aquellos lugares donde no se está fomentando».
«Me pareció una reflexión muy bonita y muy interesante». A veces, en esos países «se refugian en que también allí son necesarios y tienen que salir trabajando. Pero eso no puede ser. Tienen que tomar conciencia de que tienen que salir, no pueden quedarse encerrados en sus comunidades».
Otra reflexión interesante, en palabras del responsable de OMP en nuestro país, fue la que planteó el brasileño Jaime Spengler, presidente del CELAM y que próximamente será creado cardenal por el Papa Francisco. «Decía que si les propusiera a sus 200 sacerdotes diocesanos en Porto Alegre que pueden irse a evangelizar a Europa o Estados Unidos se quedaría sin ninguno; pero que si les hablaba de ir a África no se iría ninguno». Así hablaba de la tentación de querer salir de sus lugares hacia sociedades en mejores condiciones económicas.
Esta idea lleva a Calderón a preguntarse si «muchos de quienes vienen aquí, sobre todo sacerdotes diocesanos, lo hacen con espíritu misionero, con la inquietud de construir la Iglesia en Segovia, Soria o Valladolid. ¿O solo lo hacen para hacer unos estudios o tener un sueldo con el que enviar ayuda a su familia?». En el mismo sentido, el director de OMP España cree que también «los obispos españoles deberían hablar con los sacerdotes que acogen aquí» sobre esta vocación de «revitalizar la Iglesia española», superando la visión de este clero como «un parche ante la urgencia de cubrir la Misa en unos pueblos. Eso es una tirita pero hay que curar la enfermedad de las vocaciones».
España como ejemplo
Calderón afirma que estos congresos son una oportunidad para profundizar teológicamente en la misión, pero también para «compartir experiencias, modos de hacer y trabajar de los distintos países, congregaciones e instituciones, aprender unos de otros y animarse mutuamente». Se trata de una iniciativa que considera «única» en el mundo; algo que atribuye a la «unidad de Hispanoamérica» en torno a «una misma lengua y cultura».
El director de OMP España explica que «vamos invitados porque es una forma de dar continuidad a esa ambición misionera que deben tener los cristianos en Hispanoamérica». Especialmente teniendo en cuenta que «España es un agente de primer orden a la hora de hablar de la evangelización de América» y todavía a día de hoy «hay más de 2.000 misioneros de nuestro país trabajando allí».
De hecho, el director de OMP Venezuela, Ricardo Guillén, puso de ejemplo a la organización que dirige Calderón porque «tiene conocimiento de todos los misioneros que tienen en todo el mundo. Desgraciadamente nosotros en Hispanoamérica no tenemos esas bases y sería muy importante».