Francisco a los seminaristas españoles: «Bajad a las cárceles»
En un encuentro este sábado, el Papa les ha pedido ser «valientes, desinteresados e incansables» y acercarse a las cárceles que encierran a los hombres de nuestra sociedad: las ideologías, las que crean explotación, desánimo y olvido de Dios»
El Santo Padre ha recibido este sábado a un grupo de cerca de 40 seminaristas procedentes de las diócesis de Pamplona y Tudela y San Sebastián, y del seminario Redemptoris Mater. Durante el encuentro, celebrado en la Sala del Consistorio del Vaticano, el Pontífice ha animado a los futuros sacerdotes a poner a los presos en el centro de su labor pastoral. «Bajad a las cárceles», les ha pedido Francisco. «No sólo a las gubernamentales, para ofrecer a los que están encarcelados el óleo del consuelo y el vino de la esperanza, sino también a todas aquellas cárceles que encierran a los hombres y mujeres de nuestra sociedad: las ideologías, las morales, las que crean explotación, desánimo, ignorancia y olvido de Dios».
Durante la audiencia, Francisco, quien ha realizado el lavatorio de los pies del Jueves Santo a reclusos en varias ocasiones durante su pontificado, ha relatado una experiencia personal que vivió durante una visita a una cárcel de mujeres: «Estaba lavando los pies a una mujer y, antes de pasar a la siguiente persona, me tomó la mano y me dijo al oído: “Padre, he matado a mi hijo”. Ese es el drama interior que viven los presos. Y todos podemos preguntarnos: ¿por qué ellos y no yo?».
Además, ha subrayado que la unción sacerdotal no solo consagra a los futuros pastores, sino que también les otorga la misión de ser redentores, liberando a los prisioneros no solo de las celdas físicas, sino también de las ataduras espirituales y sociales. «Cuando os hacéis sacerdotes, ir a las cárceles debe ser una prioridad», ha recalcado.
En su discurso, también ha advertido a los seminaristas sobre el peligro de caer en la tentación de un «ministerio idolátrico en el que nos creamos el centro» y que busque el poder o el reconocimiento. Citando el Evangelio de san Lucas, les ha animado a «vaciarnos de tantas cosas que llevamos como lastres» sin olvidar las propias raíces. «Jesús fue a Nazaret, consciente de que, a los ojos del mundo, no era más que el hijo de José. Nunca olvidéis de dónde venís».
En línea con anteriores encuentros mantenidos con seminaristas españoles, el Papa ha pedido a los seminaristas ser «valientes, desinteresados e incansables» en la tarea de llevar la misericordia divina a todos los rincones, especialmente a aquellos que viven en situaciones de marginación y sufrimiento. «Estad siempre dispuestos a bendecir, a liberar», ha concluido el Pontífice.