El Papa invitará a almorzar a 1.300 pobres este domingo
Con motivo de la octava Jornada Mundial de los Pobres, el Pontífice también bendecirá 13 llaves, representativas de los 13 países, algunos de ellos en guerra desde hace años como Siria, donde la Familia Vicenciana construirá nuevas viviendas para personas con dificultades
El Papa invitará a almorzar este domingo en el Vaticano a 1.300 personas sin hogar, emigrantes, familias que no llegan a fin de mes y discapacitados en situación de abandono, para conmemorar la Jornada Mundial de los Pobres. Es la octava edición de la Jornada Mundial de los Pobres que Francisco erigió en 2017 para instar a la Iglesia a salir de sus comodidades y tocar las heridas que la pobreza provoca en quien la sufre. Como en años anteriores, además de la emoción que supone para estas personas recibir un menú caliente dentro del Vaticano, el momento más esperado será cuando el Papa entre en la sala y se detenga junto algunos de ellos para abrazarlos, hacerse ‘selfies’ y fotos y bendecir a los niños y ancianos. El almuerzo será ofrecido este año por la Cruz Roja Italiana y estará amenizado por su orquesta llamada Fanfarria Nacional.
Este año, con vistas al inicio del Jubileo Ordinario de 2025, el Papa ha elegido como lema el pasaje del Libro de Eclesiástico: La oración de los pobres se eleva a Dios (cf. Eclesiástico 21,5). Pero antes del banquete, organizado por el Dicasterio para el Servicio de la Caridad en el Aula Pablo VI, el Papa celebrará Misa en la Basílica de San Pedro a las 10:00 horas y bendecirá simbólicamente 13 llaves, que representan a los 13 países en los que está presente el proyecto Famvin Homeless Alliance(FHA). Se trata de una iniciativa de la Familia Vicenciana para construir nuevas viviendas para personas desfavorecidas en 13 países distintos, algunos de ellos en guerra. Como Siria, cuyas 13 casas serán financiadas directamente por la Santa Sede como gesto de caridad con motivo del Año Santo que arrancará el 24 de diciembre.
Este gran acto de solidaridad ha sido posible gracias a la generosa donación del ente financiero UnipolSai que ha querido dar un signo de esperanza a un territorio que lleva más de una década atormentado por las bombas. Al finalizar el almuerzo, tal y como ha explicado el Vaticano, a todos los participantes se les entregará una mochila ofrecida por los Vicencianos que contiene alimentos y productos de higiene personal.
Además, en otro gesto de cercanía para las personas sin techo, que viven en las inmediaciones del Vaticano, el centro de salud “Madre di Misericordia”, que gestiona el Dicasterio para el Servicio de la Caridad para ofrecer asistencia sanitaria diaria gratuita a los pobres y necesitados, permanecerá abierto ininterrumpidamente de 8.00 a 17.00 horas durante la semana del 11 al 16 de noviembre. En este sentido, en ese horario estarán disponibles especialistas de 18 especialidades diferentes: cardiología, ortopedia, oftalmología, cirugía general, reumatología, dermatología, odontología, ginecología, neumología, otorrinolaringología, oncología, ecografía, urología, psiquiatría, neurología, enfermedades infecciosas, gastroenterología, nefrología y podología. Además, todos los días se realizarán vacunas antigripales y análisis de sangre.
Iniciativas benéficas
El Dicasterio para la Evangelización atenderá las necesidades de los más necesitados con diversas iniciativas caritativas, incluido, por ejemplo, el pago de facturas a las familias menos favorecidas a través de contactos con las parroquias de Roma. Como es habitual, el Dicasterio para la Evangelización ha preparado una guía pastoral, traducida a seis idiomas, que se ofrecerá a estas personas.
La Jornada Mundial de los Pobres tiene que representar «una provocación permanente para nuestras comunidades estar atentos y acogedores hacia quienes se encuentran en mayores necesidades y dificultades», asegura Mons. Rino Fisichella.
En este camino hacia el Jubileo Ordinario de 2025, «la atención a los más necesitados nos haga a todos peregrinos de la esperanza en el mundo que necesita ser iluminado por la presencia de Dios».