¿Cómo vivieron la DANA las personas sin hogar? - Alfa y Omega

¿Cómo vivieron la DANA las personas sin hogar?

«Uno de los chicos nos decía que estaba aterrado ante la posibilidad de que le entrara el agua en la chabola», explica Mamen Martínez, responsable del programa de Personas sin Hogar de Cáritas Diocesana de Valencia

José Calderero de Aldecoa
Mamen Martínez, responsable del programa de Personas sin Hogar de Cáritas Diocesana de Valencia
Mamen Martínez, responsable del programa de Personas sin Hogar de Cáritas Diocesana de Valencia. Foto cedida por Mamen Martínez.

La imagen de las calles anegadas por el agua han dado la vuelta al mundo. El torrente de agua, piedras, barro y coches ha causado estragos allí por donde ha pasado, provocando la muerte de al menos 140 personas. Muchos otros han logrado salvar la vida al encaramarse a su coche o gracias a que han podido subir a los pisos superiores de sus edificios. Pero ¿qué pasa con las personas sin hogar que no tienen un techo bajo el que cobijarse o un automóvil en el que huir de la inundación? A la pregunta responde Mamen Martínez, responsable del programa de Personas sin Hogar de Cáritas Diocesana de Valencia.

¿Habéis podido entrar en contacto con las personas que atendéis habitualmente?

Tras la tromba de agua nuestra gran preocupación fueron las personas que estaban durmiendo en calle. Lo que hicimos fue intentar ponernos en contacto con ellas y esperar en el recurso ocupacional al que vienen todas las mañanas. Gracias a Dios pudimos localizar a todo el mundo. No hemos tenido que lamentar víctimas entre las personas que acompañamos.

¿Cómo lograron sobrevivir a la DANA?

Tuvieron suerte de que en la zona en la que está el centro, en Valencia ciudad, no llovió tanto y no llegó la riada. Aun así nos contaron que pasaron muchísimo miedo, sin saber si donde estaban se iba a inundar o no. Uno de los chicos nos decía que estaba aterrado ante la posibilidad de que le entrara el agua en la chabola. Otro se pasó la noche de pie en un soportal. No se podía ni sentar, porque se mojaba. La verdad es que no tenían a dónde ir y tuvieron que refugiarse donde pudieron, porque no tienen una red social que les ayude en estos casos. Al final dependen de la Administración o de las entidades que les atendemos.

¿Ahora cómo está la situación?

Yo ahora mismo estoy en el centro de acogida San Estaban y está lleno. Estamos derivando a la gente al Centro de Atención a Emergencias Sociales (CAES), pero ahí solo hay 25 plazas. También se ha dispuesto el polideportivo de Benimaclet. Ayer mismo tuve que derivar a una chica a Benimaclet, donde gracias a Dios encontró refugio.

¿Cuál es el futuro que les espera ahora? Entiendo que todavía no es seguro dormir en la calle.

No, todavía hay que tener mucho cuidado. El problema es que no hay plazas disponibles. El CAES, de momento, abrirá hasta el domingo en horario de 20:00 a 08:00 horas. Del polideportivo de Benimaclet no dispongo de más información, pero confío en que no se cerrará hasta que mejore la situación. En cualquier caso, hay que reflexionar sobre lo que ha ocurrido, porque la respuesta a las personas sin hogar tiene que ser anticipada y además inmediata. Debe haber una buena previsión de lo que va a ocurrir, porque avisarles tampoco es sencillo. Muchos de ellos no tienen móvil.