Funeral por José Carlos, el poeta sin hogar que vivía bajo la columnata del Vaticano - Alfa y Omega

Funeral por José Carlos, el poeta sin hogar que vivía bajo la columnata del Vaticano

Los cardenales Krajewski y Steiner han presidido la ceremonia este martes en la capilla de Santa Mónica. Amigos de la calle, religiosas y voluntarios también han estado presentes

Ester Medina
El funeral de José Carlos ha sido celebrado este martes por los cardenales Krajewski y Steiner
El funeral de José Carlos ha sido celebrado este martes por los cardenales Krajewski y Steiner. Foto: Vatican News.

Al pasear por los alrededores del Vaticano era común encontrarse con José Carlos de Sousa, de nacionalidad brasileña y que desde hace años dormía pegado a la pared de la columnata de San Pedro. Un apasionado de la poesía que ya no se interesaba por mendigar comida o dinero, sino que a los voluntarios de las entidades sociales que le ayudaban les pedía cuadernos para escribir sus poemas. 

Aunque ya desde hace algunos años José Carlos sufría de una enfermedad hepática, no fue hasta agosto de este año que falleció en el hospital San Carlo de Roma y, por motivos burocráticos, fue enterrado dos meses después. Este martes, el cardenal limosnero Konrad Krajewski presidido el funeral este martes en la capilla de Santa Mónica definiendo a José Carlos como «un ángel que mostraba el camino» a la gran cantidad de fieles que pasaban diariamente por la plaza de San Pedro.   

El funeral, al que asistieron aproximadamente 30 personas, ha estado concelebrado por el cardenal brasileño y arzobispo de Manaos, Leonardo Ulrich Steiner, que hizo una pausa en los trabajos del Sínodo para acudir a esta despedida. Además, también se hicieron presentes voluntarios de la Comunidad de Sant’Egidio y la asociación Unitalsi, hermanas de las Misioneras de la Caridad y de la congregación coreana de las Hermanas de Kkottongnae de Jesús, así como unos chicos que acompañaron la liturgia con cantos de guitarra en italiano y portugués y amigos de José Carlos. 

Féretro de José Carlos de Sousa
Féretro de José Carlos de Sousa. Foto: Vatican News.

En la homilía, Krajewski se ha centrado en la idea de que «lo que importa no es la ropa ni el vestuario, sino el corazón. Cuando está limpio, todas las cosas que ves están limpias. El corazón se convierte en nuestros ojos sobre el mundo». Además, ha agradecido a todos «los ángeles de la caridad» refiriéndose a los voluntarios que le prestaban ayuda diaria y se preocupaban por él y por tanta gente que vive en las calles. 

Una cinta violeta recogía la corona de flores rojas y amarillas que reposaba sobre el ataúd de caoba. En ella se podía leer: Monjas, amigas y voluntarias. La cirrosis hepática había reducido a este brasileño de 61 años, «con buen corazón», hasta el punto de no poder moverse. La hermana sor Elaine Lombardi, religiosa de las misioneras de san Antonio María Claret, conocía bien a José Carlos y recuerda aún las palabras que le dijo: «Hermana, no necesito nada. Dáselo a otros, tráeme cuadernos».