La clase política salda la deuda con los enfermos de ELA - Alfa y Omega

La clase política salda la deuda con los enfermos de ELA

Con una unanimidad nada habitual, el Congreso aprobó la ley ELA con tres años de retraso. Ahora toca mirar al futuro

Alfa y Omega

Hace justo una semana el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad la ley ELA, que reconoce el derecho de los enfermos a disponer de cuidados especializados 24 horas o que agilizará el trámite de diagnóstico de la enfermedad, entre otras cosas. «Se trata de un día histórico», aseguró entonces Fernando Martín, presidente de la Confederación Nacional de Entidades de ELA (ConELA). Atrás quedan ya tres años de lucha, un tiempo en el que los enfermos, los que han sobrevivido para contarlo —ConELA calcula que han sido cerca de 2.200 personas las que han fallecido por esta enfermedad durante el tiempo de tramitación de la ley—, tuvieron que soportar los continuos retrasos de la norma, perpetrados por los mismos diputados que el pasado jueves blandían las palmas en el hemiciclo para celebrar el resultado de la votación. 344 votos a favor. Unanimidad nada habitual en el Congreso que salda la deuda que la clase política tenía con los enfermos. 

El borrón y cuenta nueva lo escenificaron Pedro Sánchez y el activista y enfermo de ELA Jordi Sabaté, que hicieron las paces el pasado 19 de septiembre en la Moncloa durante una recepción del presidente del Gobierno a un grupo de miembros de ConELA, entre los que se encontraba Sabaté, a raíz del desbloqueo de la ley. «Este año he sido muy duro con él. Le he pedido perdón por mis ataques». «Hoy solo he tenido palabras de agradecimiento para él, ya que la ley ELA ha llegado tarde, pero lo importante es que ha llegado. El pasado, pasado está. Ahora toca mirar al futuro», expresó en redes sociales el activista. Un futuro en el que es prioritario dotar de presupuesto a la ley para que no se convierta en papel mojado, y en el que Alfa y Omega seguirá estando presente para dar voz a un colectivo sobre el que llevamos informando desde 2016. «Es imprescindible que se sepa que existimos», rezaba el primer titular que este semanario sacó hace ya ocho años.

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